Cinco días después del atentado terrorista en el que ocho personas murieron arrolladas por una camioneta, Nueva York recuperó la sonrisa con su maratón, disputado bajo enormes medidas de seguridad pero sin contratiempos. Al contrario, la Gran Manzana disfrutó con el triunfo de Shalane Flanagan (2.26:53), plata en Pekín-2008, que a sus 36 años logró el triunfo «con el que había soñado desde niña». Hacía 40 años, desde 1977, que una estadounidense no ganaba la prueba. El keniano Geoffrey Kamworor se impuso en categoría masculina (2.10:53).

«Los últimos días han sido difíciles para los neoyorquinos, qué mejor regalo que una sonrisa para nuestra nación. He pensado mucho en eso cuando las piernas empezaban a doler», explicó Flanagan, que en el 2013 participó en el maratón de Boston en el que otro atentado mató a tres personas e hirió a 282.

«Ver esta prueba, con gente de todo el mundo y de diferentes culturas, es la peor pesadilla para los terroristas», dijo el alcalde, Bill de Blasio, quien pese al atentado no quiso cancelarla.