Cuando Kia sacó la primera generación del Sorento hace ya algunos años, la marca coreana dio la oportunidad a muchos de acercarse al segmento del todoterreno. Era un modelo de gran apariencia que tenía un precio muy ajustado y con el que se podía salir al campo sin problemas. Durante algún tiempo acaparó unas ventas muy interesantes que dieron empuje a la marca.

A lo largo de todo este tiempo, Kia ha ido modificando su perfil y de ser una marca coreana con modelos baratos, ha pasado a ser una marca que cuida el mercado europeo y que ha refinado toda su gama, tanto de turismos como de modelos fuera asfalto, dotándolos de diseño, buena presentación y acabados, equipamiento y motores que están en la línea con el resto de competidores. Ha abandonado los gustos coreanos en cuanto a dinámica y se ha decantado por las preferencias europeas y todo ello ha dado como resultado un gran salto cualitativo.

Con esta nueva generación del Sorento, Kia da otro paso y en esta ocasión abandona las tendencias de los todoterreno y adopta las de los todocamino en la absoluta seguridad de que quien se decante por el modelo no se sentirá defraudado en ningún aspecto.

ELEGANTE Y AMPLIO Esta nueva generación luce una imagen más elegante no exenta de un toque deportivo. Ha incrementado sus dimensiones en todas sus cotas y eso se trasluce en el confort interior. Las plazas traseras son lo suficientemente amplias como para que tres personas se acomoden sin problemas de espacio para las piernas y con una buena altura libre al techo. Por 500 euros puede montarse una tercera fila de asientos, que no es el caso de nuestra unidad de pruebas.

En cuanto a las plazas delanteras, los asientos son amplios y confortables y pese a la tapicería de cuero, más resbaladiza, sujetan bastante bien el cuerpo. La posición de conducción es muy buena gracias a la regulación eléctrica del asiento y la doble del volante.

Un aspecto muy positivo de esta nueva generación es el salto cualitativo que se experimenta a simple vista. Al margen del atractivo diseño del salpicadero, mucho más moderno y racional en la distribución de mandos, la factura de materiales y acabados es muy buena. Lo que ya no es de recibo es que si el modelo experimenta este salto cualitativo y adopta motores modernos, siga con un antidiluviano freno por pedal, que nos retrotrae a tiempos ya olvidados. Por lo demás, el equipamiento de serie que lleva el coche en el acabado Emotion de nuestra unidad, es muy completo con inclusión de faros de xenón, entre otros.

Las formas regulares internas del maletero permiten ofrecer una capacidad para mucho equipaje; debajo del piso hay un doble fondo que permite guardar cosas, en tanto que la rueda de repuesto, por debajo de la carrocería, es de tamaño normal. En el interior, además de la guantera, también abundan los huecos para guardar objetos.

MUCHO EMPUJE Puestos a estrenar generación, Kia también estrena un nuevo motor. En este caso se trata de un cuatro cilindros de inyección directa por conducto común que ofrece 197 CV de potencia. Son más que suficientes para mover las casi dos toneladas de peso del vehículo con más agilidad de lo que sobre el papel parece. Y es que este nuevo propulsor empuja con muchas ganas en la zona baja y media del cuentarrevoluciones de modo que no es nada complicado moverse a una buena velocidad de crucero aunque eso sí, con un nivel sonoro más apreciable de lo que nos gusta, al que también se suma el aerodinámico de los retrovisores.

Esta versión y acabado va con una caja de cambios automática de uso secuencial de seis velocidades. En uso secuencial tiene un funcionamiento suave y preciso con una respuesta bastante rápida tanto en aceleración como al contrario. Sin embargo, en uso exclusivamente automático, el funcionamiento es menos brillante debido a un resbalamiento del convertidor de par con lo que ni las aceleraciones son igual de rápidas ni la capacidad de recuperación tan buena. Por lo que respecta a consumos, considerando peso del vehículo y potencia del motor además de la tracción integral, las cifras son buenas garantizando una elevada autonomía de marcha.

AHORA, ASFALTO La filosofía de esta nueva generación del Sorento está orientada al asfalto. Tanto las suspensiones independientes como el reglaje de muelles y amortiguadores hacen que dinámicamente tenga una buena actitud en este terreno, ayudados por un bastidor que también aporta lo suyo.

Ya no hay reductora pero si queremos ir por pistas forestales, la tracción total con un reparto automático de par o bloqueable al 50 por ciento siempre que circulemos por debajo de 30 km/h, le permiten moverse sin problemas. Otra ayuda ±offroadO es el control de descenso.

La dirección es muy suave y sobre todo precisa en tanto que los frenos cumplen bien con su cometido, pero el pedal del freno tiene un tacto algo esponjoso al que hay que acostumbrarse.