Decía Jorge Valdano que el fútbol son estados de ánimo. Y casi todo el mundo le da la razón, aunque en ocasiones, para analizar fríamente los partidos, solemos tirar de números y cifras que ajusten el contexto a la realidad. En esta dicotomía, Cartagena y Extremadura tienen dos cuerdas a las que agarrarse para sentirse con más fuerza que el rival. El Cartagena, claramente, a la de los números. El Extremadura, evidentemente, a la de las sensaciones y estados de ánimo. Vamos por partes.

El Cartagena ha demostrado ser el mejor equipo del grupo. Por números y regularidad. Acumula ocho partidos sin caer en el Cartagonova y ha estado liderando gran parte de la clasificación durante todo el año. El club rebosa estabilidad institucional. Como botón de muestra, el hecho de que Alberto Monteagudo lleve tres temporadas en el banquillo.

Para llevarse la eliminatoria, el Cartagena tendría que ganar por dos goles de diferencia. Esta temporada lo ha hecho hasta en cuatro ocasiones (frente a San Fernando, El Ejido, Jumilla y Lorca Deportiva). Y en otras dos veces ha ganado 1-0 (frente a Balompédica Linense y Badajoz), resultado que lo llevaría a la prórroga.

Los números de sus delanteros también son buenos. Aketxe, su principal baluarte, ha anotado 13 goles esta temporada. Y Rubén Cruz, que sólo ha jugado la segunda vuelta, ha marcado diez dianas. Las mismas por ejemplo que Enric Gallego en los mismos partidos disputados.

En los números, el Extremadura ha sido peor que el Cartagena. Cuarto y con cierta inestabilidad durante todo el año, especialmente débil fuera de casa. Pero los azulgranas se han hecho fuerte en sensaciones. Y eso también ha modificado los guarismos. Desde que llegara Juan Sabas, el Extremadura ha ganado dos partidos de casa (Mérida y Mirandés) y ha perdido uno (Deportivo B), aunque con un resultado que sí le valdría en Cartagonova. Son los únicos números a los que agarrarse. Pero lo mejor son las sensaciones.

El Extremadura ha llegado al final de temporada en el tono físico ideal para competir al máximo nivel un partido a finales de junio. La preparación física del último mes ejercida por Dani Chamorro ha sido esencial. Hay jugadores como Jairo, Zarfino, Aitor o Alex Díez que han mejorado notablemente su versión y se han convertido en esenciales en el playoff. Luego aparecen otros nombres como Pardo, resucitado casi en tiempo récord de su lesión en el talón de Aquiles; o Lomotey, la revelación del filial que se ha colado en las últimas alineaciones.

A todo ello hay que unirle la capacidad de respuesta que tiene el equipo cuando las circunstancias están adversas. Reaccionó con sólo 15 minutos por delante en la prórroga de Abegondo. Y lo hizo con un monumental partido en Miranda de Ebro. El Extremadura confía en sus sensaciones y en su gran estado de confianza.