La victoria en la repesca frente a Eslovaquia clasificó anoche a la selección española para Alemania´2006, su octava fase final de un mundial consecutiva. A pesar de que su presencia en un gran acontecimiento se tambalea y de que, de nuevo, ha tenido que recurrir al último tren para ganarse su clasificación, España ha conservado un papel entre los grandes.

Con todo ello, la presencia en Alemania´2006 subraya una cierta consolidación de la selección española entre los elegidos. Comparte honores con potencias como Brasil, Argentina, Alemania e Italia, el cuarteto intocable que, como el combinado de Luis Aragonés, no se pierde edición alguna de un Campeonato del Mundo desde el de Argentina 1978. Ocho fases finales de una tacada.

La selección española sólo se ha perdido las ediciones de Uruguay´30, Francia´38, Suiza´50, Suecia´58 y México´70, no ha vuelto a faltar a un Campeonato del Mundo. Cuatro años después de Alemania´74, en Argentina´78, empezó a fraguar una trayectoria que ha logrado prolongar hasta ahora. El paso por el torneo fue efímero y la selección española no logró atravesar la primera ronda.

Anfitriones

No mejoró la situación en España´82, el peor papel desempeñado por una selección organizadora en un Mundial. Las esperanzas se alimentaron en México 1986. España, con Miguel Muñoz, perdió en su estreno contra Brasil (1-0), el del gol fantasma de Michel. En los cuartos de final los penaltis, el error de Eloy Olaya y Bélgica despertaron del sueño. En Italia 1990, la selección de Luis Suárez tuvo un arranque dubitativo frente a Uruguay (0-0), aunque luego venció a Corea del Sur (3-1) -triplete de Michel- y Bélgica. Pero de nuevo Yugoslavia se interpuso en el camino en los octavos.

Un peldaño más alcanzó el combinado hispano en el Mundial de 1994, en Estados Unidos. Con Javier Clemente en el banquillo. Después de empatar en la primera ronda con Corea del Sur (2-2) y Alemania (1-1) venció a Bolivia (2-1) para avanzar hacia octavos, donde se impuso a Suiza (3-0). Acto seguido se topó con Italia, que ganó 2-1.

En Francia 1998 la aventura comenzó torcida con una derrota ante Nigeria. No valieron los posteriores empates contra Paraguay y la goleada a Bulgaria (6-1). España volvió a casa.

Los recuerdos del Mundial de Corea siguen nítidos. Fue una ocasión histórica y el maleficio de los penaltis y los cuartos de final. El equipo anfitrión apeó a la España dirigida por José Antonio Camacho cuando las semifinales, que sólo ha saboreado en Brasil´50, parecían más cerca que nunca.