Marcado por la barbarie y la tristeza de los últimos sucesos, aunque dando rienda suelta al testimonio de la más sentida solidaridad, el fútbol extremeño se anotó un más que decoroso fin de semana en el grupo IV de la Segunda B. Los seis equipos de la región consiguieron tantas victorias como empates y derrotas juntas en la media docena de encuentros en los que tuvimos representación. Pasando a limpio lo anterior, y en clave puramente aritmética, se sumaron hasta once de los dieciocho puntos que se pusieron en juego. Y por si lo anterior fuese poco, da gusto ver con la profesionalidad que los jugadores de equipos como Villanovense, Jerez y Mérida, en orden exclusivamente cronológico, se han tomado el tramo final de la liga a pesar de lo que dicta, inapelablemente, la clasificación.

Sigue ejemplarizando el Villanovense de José María Calvo, que se está dejando la piel para agarrarse con uñas y dientes a una categoría que le ha maltratado y sigue en deuda con él. Como el movimiento se demuestra andando, tres trabajados puntos más a costa de un siempre incómodo Linares y puerta abierta, de par en par, para una esperanza a la que se abraza con fuerza el fútbol serón .

CUMPLE EL MERIDA No se puede eclipsar tampoco el sonoro triunfo del Mérida, además a domicilio y en Jaén, en el que valdrían también conceptos utilizados antes con los de Villanueva de la Serena. Mientras hay vida..., lo que tiene que haber es tiempo. Pero por si acaso el trabajo está hecho. La plantilla emeritense ha cumplido y a la petición de un triunfo fuera contestó con el laborioso 0-1 de ayer. Ahora quienes tienen que cumplir son otros que tienen responsabilidades perentorias. Que con las cosas de comer no se juega.

La tercera victoria extremeña también tiene su lustre. El Jerez de José Diego Pastelero se ha convertido en el mejor equipo de la región en la tabla de clasificación. Y lo ha hecho tras ganar a domicilio en el siempre complicado y difícil césped del Alvarez Claros. Casi nada. La historia de los verdinegros sigue cubriendo páginas y ya no pasa desapercibida casi para nadie. El Jerez ya es un clásico que coquetea con los puestos de promoción de ascenso una campaña más.

INSUFICIENTES REPARTOS No pasaron de la igualada los dos representantes de las capitales provinciales. A nada, esto es, sin goles, empató el Cacereño en su cancha ante el Ecija de Paco Chaparro y sigue complicándose la vida en el sótano de la clasificación. Ismael Díaz, eso sí, ha cambiado una racha de derrotas consecutivas por un empate. Pues algo es algo, que dirán algunos, aunque parece insuficiente dada la situación de los verdes.

Con un gol para cada uno acabó el duelo en Los Palacios, en el que el Badajoz de Generelo visitaba al colista. Tampoco resulta gratificante el punto para los objetivos albinegros que se quedan a siete puntos del corte de los que pueden coger billete para el ascensor a Segunda A.

Con todo, lo peor fue lo del Extremadura de Cisqui, el único que salió derrotado en esta lustrosa jornada a pesar de los pesares. Y no por el qué, que perder lo puede hacer cualquiera en un juego que contempla esa posibilidad, sino por el cómo. Los azulgranas evidenciaron una injustificable falta de concentración y allanaron el camino a un flojo Marbella hasta desquiciar a su hinchada. Una pena.

Por lo demás, cayó el líder Lanzarote en Sevilla, los problemas del Playas le condenaron al empate como mal menor y el Vecindario marcó su territorio en la piel del Ceuta. Son los mejor colocados cara al final.