FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO

MOS (PONTEVEDRA), 3 DE AGOSTO DE 1977

TRAYECTORIA PORTA DA RAVESSA (2000-01), PHONAK (2002-05) Y CAISSE D´EPARGNE (2006)

PALMARES EN EL TOUR DECIMO EN EL 2004 Y EL 2005. VISTIO 5 DIAS DE AMARILLO EN EL 2006

Oscar Pereiro apenas ha tenido un minuto de tranquilidad desde que llegó a Galicia convencido de que había terminado el Tour en segunda posición. Desde ayer es el virtual ganador de la prueba y el sucesor de Bahamontes, Ocaña, Delgado e Induráin.

--¿Se ve usted en amarillo?--Ni loco me voy a colocar el maillot amarillo hasta que el Tour no me lo entregue. No sé cuando será, porque Landis tratará de agarrarse a un hilo de esperanza, lo que puede demorar la proclamación, aunque tras el contraanálisis ciertamente lo tiene complicado.

--¿Ha hablado con él?--Landis es mi amigo. El año pasado corrimos juntos en el mismo equipo. Como deportista se ha saltado una norma y por eso hay que sancionarlo, pero yo no dejaré de hablarle, porque es una persona y no un delincuente. Le he llamado por teléfono, pero desde la semana pasada siempre tiene el móvil apagado.

--¿Entiende lo que le pudo pasar?--No entiendo nada. Por más vueltas que le dé no me entra en la cabeza que Landis, un tipo tan calculador, metódico y que siempre había manifestado su miedo hacia este tipo de cosas, pudiera cometer un fallo así. Creo que su primer error fue contar que la noche anterior a la etapa en la que dio positivo había bebido. Eso no lo puede decir un ciclista. No se puede beber y disputar una etapa de esa dureza y características.

--¿Ustedes, en el pelotón que le perseguía camino de Morzine, pensaron que había podido tomar algo?--No pensamos mal porque todos estábamos convencidos de que Landis todavía no había dado lo mejor de sí en el Tour, ya que dio la impresión de que tanto en Beret como en Alpe d´Huez se había reservado. También sabíamos que su desfallecimiento del día anterior, en La Toussuire, había sido producto de una pájara. Sabíamos que corría muy conservador porque flojeaba su equipo y no quería desgastarlo. Pero la verdad es que ese día, detrás de él, en el pelotón que lo perseguía, no se pudo ir más rápido de lo que se fue.

--Ahora se convertirá en el ganador del Tour. ¿Qué reflexión puede sacar de todo lo sucedido?--La gente tiene derecho a pensar lo que quiera, pero los corredores nos merecemos un respeto. No es justo que nos insulten porque los ciclistas ni somos unos drogatas, ni todos nos dopamos. Lo de Landis ha sido un palo muy gordo para el ciclismo, pero yo saco una lectura positiva. Si el ganador del Tour se salta las normas, sabe que lo van a pillar. Y si en el Tour se produjeron 300 controles antidopaje y solo uno de ellos fue incorrecto, significa que 299 análisis estuvieron dentro de la legalidad, lo que significa que la manzana no está tan podrida como algunos quieren hacer ver. Nos dan palos. Posiblemente, muchos de ellos nos los merecemos. Pero solo ha habido un positivo en el Tour, aunque haya sido el del vencedor.

--Había sido el Tour de la ilusión...--¿Y por qué va a dejar de serlo En el Tour hicimos feliz a mucha gente. Yo lo estoy viendo cada día en Galicia, gente que antes no te conocía ahora te saluda en la carretera. Si finalmente me proclaman vencedor no quiero pasar como el ganador del Tour en el que descalificaron a Landis sino como el vencedor del Tour que devolvió la ilusión y que ha hecho que muchos aficionados se hayan vuelto a subir sobre una bicicleta. Al margen de lo ocurrido con Landis, este ha sido el Tour en que ha vuelto a brillar el ciclismo español, con Sastre, conmigo y con las tres victorias de etapa que consiguieron Freire, en dos ocasiones, y luego Mercado.

--Y también el Tour de Pereiro.--Este Tour ha cambiado mi vida y aunque yo me siga sintiendo el segundo de la general, noto en la calle la popularidad que ya me ha dado esta carrera. A partir de ahora, ya no seré un ciclista más, sino un corredor que ha subido al podio de París. Soy consciente de que seré un punto de referencia, por ejemplo, en la Vuelta. Allí seré objetivo de los aficionados y de la prensa.--¿Con tanto ajetreo la puede preparar a conciencia?--Me habría gustado poder descansar algo más. Sin embargo, las sensaciones que tengo cuando entreno son buenas. Ahora todo es nuevo para mí. Nunca había disputado la clasificación general de dos grandes carreras. Pienso en la general de la Vuelta. Por eso, la próxima semana pongo el cerrojo. Ya no voy a conceder más entrevistas y hasta es posible que marche con mi mujer y mi hijo a un apartamento en un lugar de la costa gallega que no voy a desvelar.

--¿Con tanto ajetreo la puede preparar a conciencia?

--Todo por una escapada de fábula...--Una escapada como aquella difícilmente se volverá a producir con tantas cosas a favor de uno de los fugados. Cuando me vestí de amarillo en Montélimar pensé que era un premio y que con un poco de suerte terminaría entre los cinco primeros. Luego ya me puse a pensar en el podio.

--¿Pasó por alguna crisis vestido de amarillo?--Tuve dos. La primera se produjo en los dos primeros kilómetros de Alpe d´Huez. Allí decidí parar el ritmo y recuperarme porque creí que reventaría. La segunda fue en el poco llano que conducía hasta la Joux Plane, con Landis en fuga. Llegué a pensar que se acababa toda la historia y que había sido muy bonito llevar el amarillo.

--Por eso resulta inevitable volver a hablar de Landis.--¡Es que ha sido tan extraño! Es como tener constancia de que hay un radar fijo en una calle con el límite de 80 y pasas con el coche a 180 por hora. Es tan increíble como saber que hay un control de alcoholemia y pasas a propósito tras una cena con los amigos. Su positivo no tiene lógica. Creo que no salió de él. Alguien debió asesorarlo incorrectamente.