La policía portuguesa extremará la vigilancia en el foco de máximo riesgo, los párkings de los 10 estadios en los que se disputarán los partidos, para impedir la colocación de alguna bomba. "Todos los coches serán revisados, incluido el del primer ministro", defiende el suizo Martin Kallen. El polémico director de operaciones de la Euro-2004 desató la ira de los políticos portugueses y de las 15 delegaciones de los países asistentes al torneo con sus declaraciones al semanario Expresso. "En Portugal es muy fácil poner una bomba, porque siempre se puede encontrar a una persona corrupta", afirmó. Portugal no está solo en su lucha. La OTAN pondrá al servicio del Gobierno los aviones radar AWAC.