Con otra gran fiesta en el estadio Nacional, conocido ya para la historia como el Nido de Pájaro, surgida de la brillante mente del director y coreógrafo Zhang Yimou, Pekín clausuró los Juegos Paralímpicos en los que han tomado parte más de 4.000 deportistas de 147 países y que ha concluido con 279 récords del mundo y 339 plusmarcas paralímpicas.

El apagado del pebetero puso fin a la fiesta que se ha prolongado en la capital china durante un mes y medio. Como símbolo del fin del verano festivo, millones de hojas rojas de arce inundaron la atmósfera interior del Nido de Pájaro, creando una imagen única que se completó con un apabullante derroche de fuegos artificiales, superior incluso al de los Juegos Olímpicos, y la bella danza de las mil manos de Guanyin, llevada a cabo por bailarinas chinas sordas.

China ha sido el gran vencedor también en los Juegos Paralímpicos, con un total de 211 medallas, de las cuales 89 fueron de oro, un apabullante dominio, mayor incluso que el consiguió en los Juegos Olímpicos. España concluyó en el puesto décimo del medallero, con 58 medallas, repartidas en 15 oros, 21 platas y 22 bronces, fruto de una brillante actuación, sobre todo, en natación en el Cubo de Agua.

La natación fue la principal fuente de éxitos del equipo español con 31 medallas (10 oros, 12 plantas y 9 bronces), en gran parte gracias a la exhibición del nadador invidente grancanario Enhamed Enhamed y de la nadadora parapléjica aragonesa Teresa Perales, las dos estrellas del equipo paralímpico español.

"Solo puedo calificar la actuación española como sobresaliente", subrayó feliz Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte. "Las causas del buen resultado son los deportistas y los entrenadores, pero ha habido algunos aspectos, como el plan ADOP y la utilización de los centros de alto rendimiento para los deportistas discapacitados que han sido fundamentales", explicó el dirigente español ayer en la capital china.

Dos estrellas

Enhamed Enhamed, de 21 años, que logró cuatro oros en Pekín, fue el abanderado español en la ceremonia de clausura. Hijo de inmigrantes procedentes del El Aaiún, en el Sáhara Occidental y estudiante de Administración y Dirección de empresas, Enhamed fue uno de los rostros felices de la clausura. "Todavía no me he parado a pensar lo que he hecho", admitió Enhamed, que ya se plantea la cita de Londres, a donde llegará con 25 años, una edad perfecta par ampliar su palmarés.

En Pekín, este joven que se quedó ciego a los ochos años y se ha ganado el apodo de chico de oro de la natación española ha acabado convertido en el protagonista del equipo español, compartiendo los honores con la zaragozana María Teresa Perales, fisioterapeuta y diputada del Parlamento de Aragón. Perales, nadadora parapléjica nacida en 1975, se marcha de Pekín con tres oros, una plata y un bronce, que le han permitido alcanzar 16 medallas en sus tres participaciones en Paralímpicos, igualando el récord que hasta ahora estaba en poder de la atleta Purificación Santamarta.