EXTREMADURA 0: Alex; Pablo, Luis, Jesús (Juan, M. 46), Nando; Antonio, Dávalos (Kiko, M. 46), Ito, Flecha (Dani, M. 67); Javi y Peri.

LAS ROZAS 4: Juan; Linares, Gonzalo, Ferrer, Trullás; Fran (Sergio, M. 57), David (Lauri, M. 74), Pepe, José Angel (Loren, M. 67); Delgado y Sergi (Olalla, M. 83).

GOLES: 0-1 M. 8: David. 0-2 M. 44: Sergi. 0-3 M. 60: Sergio. 0-4 M. 82: Loren (P.).

ARBITRO: Rangel Merchán (0). Le pierde su actitud y el seguir el juego de lejos, porque pita andando. Amonestó a Nando (35´), Pablo (81´), Antonio (86´)/y Gonzalo (88´).

Caída libre para el Extremadura de Antonio Marín, que ayer volvió a perder y por goleada (0-4). El cuadro azulgrana fue víctima de sus urgencias y su impotencia y se asoma al borde de un precipicio que cada día parece más insalvable. Su rival, Las Rozas, sólo tuvo que jugar con el sistema nervioso de los locales para ir anotando uno tras otros los tantos de la goleada.

La disposición inicial del conjunto almendralejense no fue mala, casi nunca lo es la de un bloque metido en la dinámica perdedora. Pero el corazón siempre pudo a la cabeza y de ese matrimonio suele nacer la imprecisión, que termina por matarte al final.

No hay nada que oponer al triunfo visitante, que inauguró en la primera ocasión que tuvo (m. 8) por medio de David y sentenció al filo del descanso en la tercera, con Sergi anotando (m. 44). Sergio se encargó de rubricar el 0-3 en el minuto 60 y Loren, de penalti, hizo el cuarto (m. 82).

HACIA ABAJO Enfrente, un Extremadura que gozó de ocasiones de gol, es verdad que de más a menos, pero que siempre tropezó con una fortuna adversa para más inri . Y con un árbitro al que sigue perdiéndole su actitud. Rangel Merchán no influyó en el marcador porque no hubo jugadas para ello. Si acaso en una caída dentro del área de Antonio, dio la impresión que sujetado por sus tobillos por el meta Juan, del que no quiso saber nada (m. 47). Fue mucho más tajante en el área local señalando dos penaltis cuando, al menos uno, aparentó ser muy discutible. No fue lo peor, se pasó todo el duelo andando y en actitud, amenazadora por momentos, nada gratificante.