José Iván Gutiérrez, subcampeón del mundo contrarreloj, y Rubén Plaza, cuarto clasificado, a punto estuvieron de emular la hazaña que Miguel Indurain y Abraham Olano firmaron en Tunja (Colombia) en 1995, cuando coparon las dos primeros posiciones del podio, pero al final España solo cosechó en Madrid la medalla del ciclista cántabro del Illes Balears.

Gutiérrez, que fue oro hasta la llegada del último corredor, el tricampeón mundial australiano Michael Rogers, fue el mejor en el punto intermedio del kilómetro 21 y cuando llegó a meta se puso en primera posición tras completar los 44 kilómetros en 53.58 minutos.

Al cántabro le tocó sentarse en el lugar destinado para los ocupantes provisionales del podio y allí estuvo largo rato hasta que acabó la prueba, viendo pasar a corredores que no eran capaces de mejorar su registro. Se veía campeón, pero el campeón en título confirmó su condición de favorito en la línea de meta.

NERVIOS "Estoy pasando un mal rato, estoy temblando, prefiero estar en el autobús que esperando aquí", decía mientras escuchaba música el doble campeón de España de contrarreloj. La "relajación" llegó con el paso de Rogers, quien fue derrotado por el español en el Mundial de Treviso, en 1999, cuando ambos militaban en la categoría sub 23. Le falta de suerte que padeció en el camino al oro le sobró a la hora de aventajar en solo 12 centésimas al suizo Cancellara por el segundo puesto.

Con las medallas mencionadas y el bronce obtenido por Igor González de Galdeano en Zolder 2002, España logró la sexta medalla en la especialidad en los Campeonatos del Mundo.

La prueba desplazó del cajón al alemán Michael Rich, segundo el año pasado en Verona, y al kazako Alexander Vinokurov, que fue bronce, y quinto en Madrid. Se esperaba mucho más del estadounidense Bobby Julich (undécimo) y del ruso Denis Menchov (vigesimotercero).