Celta B: Sergio Alvarez; Sergio Rodríguez, Gaffoor, Carlos David, Víctor Vázquez; Pedro García (Pillado, min. 68); Jota, Mateo, Pedro Vázquez, Kech (Pazó, min. 89); Uru (Eder, min. 58).

Cacereño: René (Arturo, min. 78); Palero, Carrizosa, Gonzalo, Dani Gómez; Lolo, Abel Segovia; Sergio (Chapi, min. 68), Juanin (Carlos, min. 85), Luismi, Mauri.

Gol: 1-0: min. 82, Jota.

Arbitro: González González, auxiliado por Villahoz Barbero y Ateca Yáñez, del colegio castellano leonés. Amonestó a Gafoor y Mateo por el Celta y a Gonzalo, Sergio, Lolo y Chapi por el Cacereño. En el minuto 93 expulsó al técnico extremeño Manolo Sánchez.

Incidencias: Partido correspondiente a la undécima jornada de Segunda B disputada en el estadio Barreiro ante 1.300 espectadores.

El Cacereño tardará mucho tiempo en olvidarse de su doble desplazamiento a Vigo en el mes de octubre. Dos partidos que se saldaron con una derrota pero que fueron un calco el uno del otro y que solamente una acción puntal valió para romper la igualada inicial. A pesar de llegar con la vitola de colista, con una victoria en once encuentros, los de Manolo Sánchez volvieron a ofrecer una grata impresión obligando a los vigueses a realizar un esfuerzo extraordinario para hacerse con los tres puntos en juego.

El conjunto extremeño comenzó el partido con una presión de los jugadores del medio del campo que provocaba que los vigueses perdieran el balón con mucha facilidad. Al Celta le costaba sacar el balón jugado desde atrás, y el principal problema era que esas pérdidas de balón provocaban rápidas contras del Cacereño. Los jugadores extremeños cayeron numerosas veces en el fuera de juego, pero es que estaban jugando tan al límite que cualquier despiste podía provocar que se quedaran solos ante Sergio Alvarez.

CAMBIOS TACTICOS El técnico extremeño se dio cuenta de los problemas vigueses para circular el balón, y reordenó la parte delantera de su equipo subiendo a los dos jugadores que estaban por delante de la defensa, Lolo y Segovia, al centro del campo, y acercó a Juanín como compañero de Mauri y Luismi en ataque.

Aunque al Celta B le costaba sacar el balón jugado desde atrás, cada vez que pasaban del centro del campo era para crear peligro. La velocidad de Kech por las bandas fue importante para que los extremeños no se crecieran descuidando su defensa, y eso hacía que no tuvieran claras ocasiones.

La primera de ellas fue a los 25 minutos, cuando Kech metió un balón desde la banda izquierda que Jota remató en el primer palo saliendo el balón muy ajustado al lado derecho de René. El peligro del Cacereño era evidente, ya que cada pérdida de balón provocaba una rápida contra que, por fortuna para los célticos, terminaba con la invalidación de la jugada por fuera de juego.

CANSANCIO Las fuerzas comenzaron a flaquear en el conjunto extremeño a medida que se acercaba el final de la primera parte. El esfuerzo realizado en los minutos anteriores había sido muy intenso y los jugadores se resintieron bajando el ritmo del partido.

En la segunda parte el Celta B salió mucho más metido. La presión del Cacereño en el centro del campo era mucho más débil que al principio, y esa circunstancia provocaba que los vigueses pudieran tocar más y mejor el balón, jugando por las bandas y obligando a René a trabajar bastante más. Sin embargo el conjunto extremeño seguía muy bien situado en la zona defensiva, anticipándose a todas las acciones e impidiendo que los vigueses tuvieran fácil el tiro a portería.

LESION DE RENE A doce minutos para la conclusión del encuentro, René tuvo que ser sustituido al hacerse daño al tratar de evitar que un disparo de lejos entrara en su portería. El guardameta extremeño detuvo el balón en la misma línea de portería, pero en esa acción se torció un tobillo y debió ser sustituido por Arturo.

No tuvo suerte el nuevo portero del Cacereño, ya que el segundo balón que llegó a su portería acabó en gol. Un disparo desde lejos de Jota rebota en un compañero que descoloca totalmente a Arturo. Una jugada muy parecida a la de hace quince días en O Vao, y que echaba por tierra todo el buen trabajo realizado por el cuadro extremeño en los minutos anteriores.

Aunque casi no quedaba tiempo, el Cacereño no se vino abajo y buscó la igualada. El partido se volvió completamente loco, ya que cada acción ofensiva de los extremeños era contestada por otra de los vigueses. Pedro Vázquez pudo romper el partido con un mano a mano ante el portero extremeño, que despejó el balón.

En el tiempo de descuento llegó la jugada polémica del partido, cuando Luismi se interna en el área viguesa por el centro y cae dentro del área sin que el colegiado señale nada. Las protestas de todos los jugadores y del banquillo fueron tan grandes que, a instancias del árbitro auxiliar, el técnico Manolo Sánchez fue expulsado y deberá ver por segunda vez un partido desde la grada. Finalizado el partido continuaron las protestas del cuadro extremeño camino del vestuario, lo que le valió la cartulina amarilla a Chapi. En resumen, nueva derrota del Cacereño en Vigo, a pesar de haber jugado un buen partido y haber merecido algo más que la derrota. La salvación está cada vez más lejos.