No pintan oros para Ismael Díaz desde hace justamente dos años. En marzo del 2003, el técnico asturiano lideraba al Cacereño en el grupo IV de la Segunda B. Pero algo pasó y desde entonces su estrella como entrenador se apaga.

Díaz generó amor y después odio en Cáceres, casi con la excepción del presidente, Félix Campo. Ahora, tras su fichaje por el Palencia, del grupo II de Segunda B, está ocurriendo lo mismo: empezó generando todo tipo de expectativas en positivo, pero el equipo fue perdiendo gas y ahora tiene serias dificultades, casi rozando zona de descenso.

El paralelismo entre su última temporada en Cáceres y la actual en Palencia se rompe en uno de sus términos: su relación con el presidente, Alberto Villegas, es muy mala, hasta el punto de que el cese del técnico ha estado encima de la mesa ya desde diciembre. Incluso, el propio entrenador, a quien Villegas no paga intencionadamente para forzar su dimisión, según fuentes periodísticas palentinas, estaba decidido a marcharse la pasada semana, como ha publicado Diario Palentino . Sin embargo, ayer mismo la situación dio un nuevo vuelco e Ismael Díaz ha sido convencido por parte de su plantilla y ahora dice que se queda. "El problema es que se siente solo", afirman en Palencia, en el que también el debate del portero --Félix Campo jr-- se ha suscitado. La familia de Díaz sigue viviendo en Cáceres.