El Milan, gracias al valor doble del gol del ucraniano Andrey Shevchenko, se clasificó a la final de la Liga de Campeones, pese a ser incapaz de superar en dos partidos a un ultradefensivo Inter de Milán que sólo creyó en el milagro en los últimos minutos.

El Milan, que fue mejor, solo un poco mejor que el Inter, sufrió lo indecible en los últimos diez minutos, después de que empatase Martins Obafemi.

Pese a estar obligados a marcar, pese a jugarse un puesto en la final, Inter y Milán ofrecieron otra mediocre exhibición durante casi todo el choque.