Extremadura: Toni; Javi Selvas (Peri, M. 71), Alcázar, Roberto, Nandi (Gaizka, M. 46); Lolo, Olivar, Marco; Camacho, Cobos (Manuel, M. 46) y Pavone.

Alcalá: Leiva; José Luis (Pana, M. 79), Alex, Aurelio, Garcés; Uriel, Cárdenas, Pavón (Chato, M. 84), Vergara; Sanlúcar (Sergio Berro, M. 80) y Orife.

Goles: 0-1 M. 19: Sanlúcar. 0-2 M. 41: Cárdenas. 1-2 M. 82: Marco. 2-2 M. 96: Gaizka.

Arbitro: Jesús Rodríguez Cayetano (Castellano-Leonés). Bastante bien en un duelo que se fue tensando (2). Amonestó a José Luis (79´), Olivar (80´), Aurelio (90´) y Gaizka (94´).

Incidencias: 1.800 espectadores en el Francisco de la Hera. Minuto de silencio por las muertes de los exjugadores azulgranas Carlos Arias y Luis Alda.

Carne de cardiologo. Justo eso volvió a ser ayer la grada del Francisco de la Hera. El Extremadura repitió intenso epílogo, de feliz final, y terminó salvando un punto cuando parecía tenerlo todo perdido al descanso. Un gol preñado de rabia de Gaizka Iriarte en el descuento (m. 96) permitió al equipo de Cisqui redimirse en parte de su indecorosa e injustificable primera mitad y ponerle el colorín, colorado a un cuento que por momentos dio la impresión de ser una enorme pesadilla.

Y es que nadie esperaba que se repitiese lo sucedido en la última comparecencia azulgrana en casa. Un gol inverosímil de Pavone en tiempo añadido dejaba sin efecto otro marcado apenas un minuto antes por los murcianos.

Ayer la cosa estaba mucho peor, y tampoco el balance acabó siendo tan positivo. Pero los locales celebraron el 2-2 como si de verdad hubiesen ganado. Los precedentes fueron muy aciagos y el punto tenía un sabor muy dulce.

SONROJO INICIAL Como reconoció Cisqui, el Extremadura tiró miserablemente el partido en la primera parte. Casi exclusivamente con actitud, el Alcalá, un equipo formado mayoritariamente por jugadores que comparten su afición futbolística con su profesión, pasó por encima del equipo almendralejense, que fue una auténtica caricatura. Le sacó los colores y le endosó un corto 0-2 antes del descanso porque no acertó en los últimos metros. En caso contrario, la sangre habría sido aún mayor.

El escurridizo Sanlúcar ya había desnudado a la zaga local enviando a la red un rechace que se encontró dentro del área tras tiro de Cárdenas (m. 19). El asistente en ese tanto inaugural puso sello de urgencia al segundo cuando se buscaba el descanso (m. 41). Un centro de José Luis, entrando por esa gran avenida en la que se convirtió la banda izquierda local, y el citado Cárdenas que no perdona. Todo lo contrario de lo que habían hecho antes el propio José Luis, en un centro de Vergara que terminó con una mano prodigiosa de Toni (m. 27), y sobre todo Orife, quien cruzó demasiado cuando estaba sólo ante el meta local (m. 39).

En el descuento de la primera parte el mismo Orife, otra vez sólo, no supo firmar el 0-3 (m. 46+) con el que ridiculizar aún más a un esperpéntico Extremadura. El descanso fue el mejor aliado de Cisqui y los suyos.

Nadie puede dudar que el técnico almendralejense se la jugó y el empate fue ese premio que al final lleva como reintegro el riesgo. Dinamitó toda su banda izquierda y pasó, dando entrada a Manuel y a Gaizka, a jugar con tres centrales. Y la cosa pareció no mejorar, porque los cambios no variaron mucho el dibujo que el Extremadura mostraba ayer a su afición, salvo en una jugada inicial, en la que ni Pavone, ni Camacho dieron con la meta de Leiva (m. 47). Es más, la cosa pareció ir a peor cuando Marco cayó lesionado con los tres cambios azulgranas ya realizados.

Sin embargo, entonces el mismo fútbol tomó protagonismo y el famoso gol del cojo agradeció el sacrificio del cerebro , que pidió seguir sobre el campo a pesar de su merma. Un centro de Alcázar y el 1-2 para la esperanza (m. 82). Luego, en el descuento, otro éxtasis. Un balón prolongado por Camacho y Gaizka, también en el segundo palo, que pone el empate (m. 96). Ver para creer, con enorme desolación visitante y gran fiesta local.