Del Mundial de Francia 98 al Cerro de Reyes. Pablo Paz, internacional con Argentina en 16 ocasiones, ya demuestra su enorme calidad en su nuevo equipo. El defensa, de 33 años, ha pasado por clubes de máximo nivel en su país como Newells y Banfield y en la Primera División española ha jugado en el Tenerife y Valladolid. En las últimas temporadas ha militado en equipos de Segunda B y Tercera como Castillo, Motril y Arcos.

Pablo reconoce que los recuerdos de un Mundial son imborrables. "Es lo máximo a lo que puede aspirar un futbolista. Son grandes recuerdos, el ambiente, jugar, estar en Argentina con el aliento de 30 millones de personas...es precioso y un recuerdo que tendré para toda la vida".

Tras estar en la élite del fútbol mundial, el jugador de Bahía Blanca asimila muy bien su nueva etapa. "El fútbol es igual en todos lados aunque con matices. Intento jugar en Segunda B o Tercera dando el máximo, como cuando estaba en Primera", afirma.

Paz está contento de su trayectoria. "Llegué donde me propuse", asegura que el fútbol le dio alegrías "y cosas malas como las lesiones" y ahora trata de disfrutar del fútbol, "con la ilusión de estar en activo y de ser útil a un equipo". Los que piensan que por estar operado de la rodilla no puede jugar, se equivocan "porque sigo jugando sin complicaciones y dispuesto a rendir al máximo".

Alguien normal

Lo que más sorprende es la humildad del jugador argentino con lo que ha sido en el fútbol. "Siempre intenté ser la misma persona que cuando empecé a jugar y es una filosofía de vida. Intento que la gente me vea como una persona normal y no como alguien que jugó un mundial. Eso ya pasó y ahora se vive de presente y futuro. Nunca me agrandé y no lo voy a hacer ahora".

De la posibilidad de permanencia del Cerro de Reyes, Pablo Paz reconoce que "es una misión difícil y complicada pero si no estuviera convencido de que se puede lograr la permanencia, no habría venido. Hay material para hacer una segunda vuelta importante y lograr el objetivo".