El Cáceres sigue empeñado en no tirar la toalla y mantiene la esperanza de que el aficionado al baloncesto se enganche a la enésima propuesta que el club pone en marcha para colorear las gradas del multiusos Ciudad de Cáceres . El mensaje del presidente, José María Bermejo, presenta el mismo guión de siempre: el apoyo de la afición es el que debe mantener al equipo en la máxima competición nacional.

No han sido pocas las iniciativas que han probado los miembros del consejo de administración. La última opción por la que se ha apostado tiene que ver con la venta de un mini abono para próximos partidos en casa. La fórmula pasa por pagar la entrada de tres encuentros y obtener de regalo un paquete para cuatro citas próximas. Los encuentros son los que enfrentarán al Cáceres con el Tau Vitoria, el domingo (12.30 horas); DKV Joventut, el 4 de enero; Fórum, el 18 del mismo mes; y al Aunacable, el primero de marzo. Ver en acción a Noccioni o al exmadridista Tabak, reencontrarse con Oscar González o presenciar el duelo de Manolo Hussein ante su exequipo en el Ciudad de Cáceres tiene un coste de 55 euros.

ENCUENTROS ESPERADOS

Se saltan los duelos ante el Estudiantes, el día 27, y el del Real Madrid, el 8 de febrero. Este último será casi con total seguridad medio día del club. "Es muy probable que lo sea", adelantó ayer el presidente a este diario.

Esta fórmula ya ha sido puesta en práctica esta temporada, aunque los resultados no fueron los esperados. "Tres o cuatro socios se hicieron nada más. Habrá que seguir intentándolo", lamenta José María Bermejo.

Sobre la mesa del presidente no han sido pocas las variantes que se han barajado para que la afición tape el color verde de las localidades vacías del pabellón cacereño. La primera baza fue ajustar al máximo el precio de los abonos para esta temporada. El objetivo, claro: vender 4.000 carnets, batiendo el récord de socios, y relanzar el baloncesto en la ciudad. En cambio, las gestiones desde los despachos sólo valieron para convencer a poco más de la mitad de los seguidores que se habían estimado.

Otra propuesta más pasaba por facilitar los desplazamientos de aquellos amantes del básket que residían en otras localidades de la provincia. El club estaba dispuesto a facilitar los autocares que trasladasen a los seguidores desde sus domicilios hasta el pabellón, estableciendo rutas por municipios cercanos. Pero tampoco. La idea no fructificó.

Lejos de tirar la toalla, el club tiene en marcha nuevas alternativas, como la venta de entradas a empresas para ser regaladas a sus clientes. De momento, la iniciativa tampoco convence.