Presume de estar permanentemente en la sombra, pero él sigue trabajando en operaciones de peso. Fue clave, por poner el ejemplo más gráfico, en el complicado y polémico trasvase de Luis Figo del Barcelona al Madrid, hace casi cinco años.

Pasado el tiempo, Vicente Montes Flores (Cáceres, 1966) sigue teniendo un protagonismo galáctico , mucho más allá del que estos días le ha otorgado su recién estrenada vicepresidencia de la Federación Extremeña de Fútbol. Tito Montes, en su juventud portero y después pionero en la región del Derecho deportivo, es el representante legal del mismísimo Milan en España y Portugal y trabaja para el laureado club italiano con su amigo, Paulo Futre, a quien a su vez asesora.

Futre y Montes viajaron a la ciudad italiana con el fichaje del argentino Colocini por el Deportivo. Cuentan que les trataron a cuerpo de rey porque la amistad con Adriano Galliani, manager general, y Silvio Berlusconi, dueño del club y presidente transalpino, viene de largo: les conocen desde hace años, ya que ellos propiciaron fichajes como los de Contra o Albertini por el Atlético.

El abogado cacereño y el exfutbolista recibieron un reloj del Milan correspondiente a una edición única por la conquista del último Scudetto, lo que da buena idea de la relación. Hay quien comenta ya que Montes será clave en un posible fichaje de Fernando Torres por el Milan... o incluso un previsible traspaso de Ronaldinho desde el Barcelona. El abogado cacereño calla, pero sabe que se mueve dentro de un mundo imprevisible. Y mientras ello ocurre, continúan las gestiones: representa a un jugador del Flamengo por allí, otro del Boca Juniors por allá... y con él, siempre, el amigo Paolo.