Dos victorias y media. Casi tres. Solo una inoportuna lluvia ("pudo haberse esperado 30 minutos antes de caer", dijo Dani Pedrosa) impidieron que la flotilla española que afronta el desafío del Mundial de motociclismo abandonase el mítico trazado de Le Mans, popular por sus 24 Horas y, por tanto, sus repostajes bajo el sol y la luna, con un triplete que, dada la heroica actuación del tricampeón catalán sobre el agua, hubiese sido histórico.

Sergio Gadea (Aprilia, 125cc) y Jorge Lorenzo (Aprilia, 250cc) lograron dos brillantísimo triunfos sobre sus adversarios más decididos, mientras que Pedrosa (Honda) terminaba en cuarta posición por delante de Valentino Rossi (Yamaha, sexto) e inmediatamente detrás de Casey Stoner (Ducati, tercero), Marco Melandri (Honda, segundo) y un sorprendente, acuático y surfista Chris Vermeulen, el australiano que, seis años después (Valencia 2001, Sete Gibernau), volvió a colocar a Suzuki en lo más alto del podio.

Todos vivieron el gran premio con el corazón encogido, pero solo sufrieron, y de lo lindo, los reyes de MotoGP, que sí padecieron la amenazante lluvia que se venía anunciando desde el viernes. Y la sufrieron con susto incluido pues, cuando ya estaban instalados en la parrilla de salida, les anunciaron que la carrera había sido nominada con lluvia. No llovía, pero iba a llover. Esa decisión significaba que si salían con neumáticos lisos (de seco), como así fue, la prueba no se interrumpiría en caso de que empezase a llover. Así se anunció y así fue. Pasadas 10 vueltas, en las que Pedrosa protagonizó una remontada memorable del 15º al tercer puesto, todos entraron a cambiar de moto y reanudaron la prueba con ruedas de lluvia.

El cielo escogió con mimo el lugar para que la moto imitase a la fórmula 1, a los coches de las 24 Horas. Por eso todo ocurrió en Le Mans. Y, a medida que los pilotos se fueron reincorporando a la pista, fue cambiando la clasificación. Los hubo, como Rossi y John Hopkins, que se saltaron la prohibición de no superar los 60 km/h en los boxes, pero les sirvió de poco. Pedrosa, que aprendió a navegar en un santiamén, celebró su gran premio número 100 aprobando con notable alto su asignatura pendiente, aquella que le convertía en una presa fácil para aquellos candidatos al título, tipo Stoner (brillante ayer, pletórico en seco, en mojado, en Asia, en Europa, en circuitos nuevos y viejos) y Rossi.

GANADORES ABSOLUTOS Antes del festival de los reyes, del circo de los talleres, Gadea y Lorenzo protagonizaron dos carrerones sin trampas y veloces pues las

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