El fútbol ha sido tradicionalmente un deporte practicado en su mayoría por hombres, pero de manera progresiva el papel de la mujer está cobrando una mayor relevancia. Un ejemplo de esto es Eli Roncero, que ejerce en Cáceres como entrenadora y coordinadora general del Estudiantes Nazaret.

Esta cacereña de 42 años cada semana acude a los campos de la federación en Pinilla para dar nociones técnicas a sus niños, unos alevines de primer y segundo año.

Cuenta que su afición por este deporte comenzó gracias a sus hijos: "Desde que eran bien pequeñitos les ha gustado mucho jugar al fútbol y siempre les acompañaba a los entrenamientos y a los partidos. No era la típica madre que los deja y se va a tomar café. A mí me encantaba ver cómo jugaban".

Demuestra ilusión por aportar valores no solo futbolísticos, sino a nivel personal, a sus niños, destacando que lo más importante es que "se diviertan, que aprendan a convivir y a respetar al contrario, y que se hagan amigos".

Los comienzos

Su andadura en este mundo de balones y botas comenzó el año pasado. El Nazaret le ofreció un puesto en su equipo alevín, y ella no se lo pensó dos veces: "acepté encantada", afirma. Además, según cuenta, cree que fue "la primera mujer entrenadora en Cáceres, y ahora creo que hay una o dos más". Actualmente está estudiando el título de técnico deportivo en el Centro Nacional de Formación de Entrenadores que le acredita para entrenar a las primeras categorías del fútbol base, desde chupetines hasta juveniles. Una licencia que "a partir del año que viene, la federación la va a pedir", recalca.

Reivindica el papel de la mujer en este deporte, "a pesar de que siempre ha sido en un mundo de hombres. Aunque esto está cambiando poco a poco, y a pesar de que lo hace un poco más difícil, animo a todas las mujeres a que prueben, que seguro que les gusta. El contacto con los niños, el enseñarles, el ver cómo se esfuerzan, eso es algo muy gratificante", afirma.

En un futuro cercano le encantaría abrir su propio club. "Lo más importante son los niños y que mejor manera que montar un equipo para poder enseñarles unos valores basados en el respeto, el compañerismo y la educación", finaliza Roncero.