Sin poder lanzar aún las campanas al vuelo, los equipos extremeños de Segunda B empiezan a ver la luz al final del túnel, un largo túnel que por el momento dura dos meses. La jornada del pasado fin de semana, la undécima, puede marcar un antes y un después si Cacereño, Cerro y Villanovense continúan mejorando.

Los serones pueden presumir de haber salido del descenso --por primera vez para ellos en esta temporada-- tras ganar al Alcalá, un rival directo de la parte baja. También pueden enorgullecerse los pacenses, pues en Lanzarote lograron su primera victoria a domicilio. Y los cacereños deben, por qué no, levantar el ánimo, ya que a pesar de que se les escapó el triunfo en el último suspiro, el empate en Guadalajara, ante el líder del grupo II y en su estadio, no es un mal resultado.

Estos parecen síntomas claros de una mejoría tras el peor arranque del fútbol extremeño en la categoría de bronce. La salvación está un poco más cerca: tanto Cerro (10 puntos) como Cacereño (8) la tiene a una sola victoria. Pero la siguiente jornada será complicada. Mientras que el conjunto de Angel Marcos recibe al Alcorcón del 4-0 al Real Madrid (domingo, 17.00 horas), el Cerro se enfrentará en el José Pache (domingo, 12.00) al Universidad de Las Palmas, que en las siete últimas jornadas ha ganado seis partidos y empatado otro, lo que le sirve para ser segundo.

El Villanovense tendrá una salida complicada a Leganés (domingo, 12.00), aunque el equipo madrileño lleva cuatro jornadas sin ganar, lo que los de Domingo Suero pueden aprovechar para confirmarse como el mejor equipo extremeño a pesar de ser los últimos en llegar.

El renacer del Cacereño se está cimentando en una sólida defensa, sobre todo cuando juega lejos de su estadio. El balance el Angel Marcos desde que está en el banquillo es bastante aceptable: una derrota, en su primer partido, y después una victoria y tres empates, un dato que hace renacer la esperanza.

En el caso del Cerro, su juego también está mejorando, aunque está demostrando que le falta continuidad para confirmarse como un candidato a abandonar el descenso. El Villanovense, que esta semana respira tranquilo, cuenta con otro dato para la esperanza: a lo largo de este mes empezará a recuperar a sus hombres lesionados, lo que hasta ahora había sido un lastre para Suero.