PORTLAND SAN ANTONIO: Kasper; Balic (2), Martín (2), Ruesga (2), Rocas (5, 1p), Andorinho (-), Nikolic (2) --siete inicial--, Jorgensen (-), Juancho (-), Lozano (-), Boesen (3, 2p), Lubej (2) y Ortigosa (1).

CIUDAD REAL: Sterbik; Pajovic (-), Davis (1), Dzomba (5, 2p), Metlicic (1), Entrerríos (2), Dinart (-) --siete inicial--, Uríos (4), Rutenka (1), Fis (1), Jacobsen (2), Stefansson (5) y Kallman (3).

M. C. C. M.: 0-2, 1-3, 3-3, 3-6, 3-8, 6-11 (descanso). 8-14, 9-16, 9-17, 12-22, 16-23, 19-25 (final).

ARBITROS: Dolejs y Kohout (Chequia).

El Ciudad Real, de la mano de un magistral Arpad Sterbik, acaricia su primer título de la Liga de Campeones tras la demostración de fuerza y calidad exhibida en el partido de ida de la final en Pamplona ante el Portland San Antonio, que únicamente puede agarrarse a un milagro deportivo para remontar los seis goles de desventaja (19-25) la próxima semana en el Quijote Arena. En el duelo de extremeños, el emeritense Carlos Prieto, que no jugó, pudo sonreir ante la tristeza parcial del pacense Juancho Pérez. La final extremeñizada tuvo un más que claro color del equipo castellano-manchego.