El pabellón multiusos Ciudad de Cáceres se convirtió ayer durante un par de horas en escenario teatral, pista de baile y hasta tablao flamenco. La entrega de los Premios Extremeños del Deporte 2004 pretendió ser una expresión multicultural, en algunos momentos brillante y en otras francamente fallida. A veces lo de menos parecieron ser los deportistas.

Las emociones por el reconocimiento a personajes tan importantes para el deporte extremeño como José María Pámpano, Alicia Casillas, Manuel Unión, Teodoro Casado o el gran --en todos los sentidos-- Juancho Pérez se alternaron con actuaciones de distinta índole que no siempre fueron comprendidas por el público. En buena parte eran niños con los que difícilmente casaba una canción interpretada por uno de los invitados en la que se proponía que el kamasutra se convirtiese en deporte olímpico. En fin... Además, Raquel Cantero y Javier Conde intentaron llegar mediante voz y guitarra a una grada que, casi seguro, había ido allí a otra cosa.

Ambientación

Lo que otros años había sido una sobria gala en la que el protagonismo recaía en los deportistas se convirtió en un espectáculo que tenía la sana intención de ser ocurrente, pero que careció de continuidad y se hizo largo para muchos.

Con el pabellón convertido en un macroescenario y una puesta en escena muy cuidada, los homenajeados pasaron un poco inadvertidos. Juancho Pérez dio las gracias en su nombre a la Junta de Extremadura y sobre todo a los aficionados, "que saben cómo sufrimos día a día". El balonmanista pacense, más de 200 veces internacional y campeón del mundo, no pudo evitar mandar desde el atril un beso a su padre, fallecido recientemente.

Obviando el intento de fusión espectáculo-deporte tan discutible, hubo más detalles. El atleta Pámpano, mejor deportista absoluto gracias a su plata en las Paralimpiadas de Atenas, decía sentirse "muy feliz", sosteniendo su premio. Para la nadadora Alicia Casillas, ser la mejor deportista era "un reconocimiento a tanto entrenamiento, mañana y tarde, sin descansar sábados ni domingos".Especialmente sensiblón andaba Teodoro Casado, de quien dijo quien le entregó la mención especial, el alcalde de Cáceres, José María Saponi, que tiene el

sensiblón "mejor y más joven de los corazones".