El Madrid hizo ayer oficial lo que era un hecho desde el mismo instante en que el equipo blanco se proclamó campeón de Liga. Fabio Capello ha dejado de ser el entrenador y Ramón Calderón se dispone ahora a cerrar la contratación de Bernd Schuster para que imponga un nuevo estilo, mucho más atractivo, sin dejar de seguir ganando, como ocurrió la última vez que la directiva madridista decidió echar a un entrenador que acababa de conquistar el campeonato.

Lo que pasó tras la salida de Vicente del Bosque hace cuatro años no fue motivo de debate en la breve reunión de trámite que celebró ayer la junta en el Santiago Bernabéu. Apenas una hora y media para escuchar por cortesía el informe del director deportivo, Pedja Mijatovic, y sancionar por unanimidad lo que estaba decidido de antemano, el despido de Capello, con dos años más de contrato, y del equipo de colaboradores que llegó con él, incluido Franco Baldini, el secretario técnico.

José Antonio Grande, segundo entrenador, está a la espera de noticias. Ya se tuvo que marchar con Del Bosque. Y más después de mostrarse crítico. "Con Vicente se hizo algo parecido y ha quedado demostrado que no fue un acierto. Lo de Fabio estaba cantado. El conocía desde hace meses el acuerdo que hay con Schuster", declaró ayer.

FALSA UNANIMIDAD Como estaba cantado, Mijatovic fue el encargado de hacer pública la defenestración del técnico italiano presentándola ante los periodistas como consecuencia del contenido de su informe. Ni hubo tal unanimidad --al menos tres directivos estaban en contra de la destitución-- ni la opinión del director deportivo ha sido el factor determinante a la hora de dar el paso del relevo en el banquillo blanco. Más bien ha ocurrido que Mijatovic ha optado por plegarse a los deseos del presidente y olvidarse de sus promesas a Capello, a quien había prometido absoluta fidelidad.

No es algo que haya cogido por sorpresa al ya exentrenador, que era consciente de haberse quedado solo y de que era cuestión de tiempo que le dieran la patada. A la hora de presentarse ante la prensa, Mijatovic desveló que no había podido comunicárselo directamente porque se encontraba volando en esos momentos, pero que había hablado con su hijo y abogado.

A primera hora de la tarde, el técnico italiano hizo pública una nota, a través del bufete de abogados Garrigues, en la que agradecía al Madrid "haberle permitido entrenar a ese gran club por segunda vez, en la que ha podido contribuir, igual que en 1997, a la consecución de un título de Liga".

RAZONES HISTORICAS Si cuando Jorge Valdano trató de explicar la no continuidad de Del Bosque echó mano de imperativos de la modernidad, ayer Mijatovic habló de la necesidad de un cambio de rumbo en el que Capello no tenía cabida. "Cara a los objetivos para los próximos años, creemos que no es la persona oportuna para lo que pensamos que hay que conseguir en el futuro", dijo el director deportivo madridista, que defendió la llegada de alguien que mejore el juego del equipo sin merma en la eficacia. "Para nosotros, el resultado es importante, pero por la historia de nuestro club estamos obligados a jugar un fútbol distinto al que hemos hecho este año. Debemos disfrutar del Madrid", añadió.

Bernd Schuster cuadra con el perfil que el ejecutivo blanco trazó para el nuevo entrenador madridista, "un hombre con experiencia, que conozca muy bien la mentalidad del fútbol español y si puede ser joven, mejor, porque es importante conocer al detalle las tendencias del fútbol moderno". Así lo admitió de entrada Mijatovic, que adujo respeto al contrato que le une con el Getafe para no hablar del asunto en estos momentos.

El acuerdo con el técnico alemán es un hecho desde hace ya varios meses y el director deportivo acabó por reconocer que no es descartable que en las próximas fechas el Madrid se dirija al club del sur de la capital para abrir negociaciones "si la directiva decide finalmente que es el hombre adecuado".

De momento, la entidad getafense desmintió ayer haber llegado a un acuerdo amistoso con el técnico alemán para permitirle romper su contrato y su presidente calificó como "chulería" y "una total falta de respeto" la actitud del club blanco.