Los Lakers de Los Ángeles y los Celtics de Boston reeditan hoy, día de Navidad, el duelo de la pasada Final de la NBA, un partido ideal para que el equipo de Pau Gasol se reivindique, según comenta el español.

Su rival, el vigente campeón de la Liga dirigido por Doc Rivers, llega al Staples Center de Los Ángeles con una de las mejores rachas de la historia: 19 victorias consecutivas, un incentivo más que añadir a un enfrentamiento ya atractivo de por sí entre las dos franquicias más laureadas de la NBA.

"Es el momento de reivindicarnos", asegura Gasol al término del entrenamiento de este miércoles en las instalaciones de El Segundo (California), "y establecernos como uno de los candidatos más firmes al título". "Es un partido importante; hemos pasado un pequeño bache -dos derrotas seguidas, ante los Heat de Miami y los Magic de Orlando- que hemos remontado en estos dos últimos partidos -frente a los Grizzlies de Memphis y los Hornets de Nueva Orleans-, jugando a un nivel mucho mejor", comenta el jugador catalán.

"Ahora vienen los Celtics, el equipo más en forma de la Liga, con una marca admirable", resalta el ala-pívot internacional de la selección española.

Gasol, visiblemente ansioso por volver a verse las caras con Kevin Garnett y compañía, avisa: "Vienen a nuestra casa y es algo que nosotros estábamos esperando desde hace unos días, aunque intentábamos no pensar en ello; sin duda es un partido que tiene mucha emoción e interés, queremos ser solventes y ganar".

El jugador español ha recuperado en los últimos meses la posición de "cuatro", a la que estaba acostumbrado antes de llegar a la NBA en la campaña 2001-02, algo que le da mayor libertad en la pista. "Practico bastante ese tiro de cinco metros, ahora juego más por fuera y aprovecho que las defensas se suelen meter mucho en la zona", aclara Gasol, que no olvida la sensación de frustración que invadió al vestuario angelino en el mes de junio pasado, cuando Boston logró su decimoséptimo anillo.

Los Celtics se impusieron en las Finales por 4-2, tras un último partido que resultó ser toda una humillación (131-92) para unos Lakers sin Andrew Bynum como pívot por lesión, cuya recuperación muchos consideran clave para vengarse de los de Massachusetts en el 2009. "Es una incógnita", subraya Gasol acerca de si los Lakers tienen más opciones esta temporada de ganar el título.

"No sabemos cómo se va a desarrollar la temporada, faltan muchos partidos y muchas batallas que librar; además, ahora hemos perdido a nuestro base suplente (Jordan Farmar) por un tiempo y Derek Fisher va a tener que jugar muchos minutos, así que si le pasa algo, tendríamos problemas bastante graves", resalta el número 16 de los Lakers, que está a punto de despedir un año lleno de éxitos.

"Ha sido un muy buen año debido a las circunstancias, por el traspaso -en febrero, desde los Grizzlies- y el cambio de situación aquí en la NBA, ahora estoy en un equipazo", rememora el máximo reboteador (9,1 por partido) y el segundo máximo anotador (17,5 por partido) de los Lakers esta temporada.

"Llegamos a la Final, que es algo bastante importante, aunque no pudimos ganarla, y luego logré una medalla de plata en los Juegos Olímpicos (Pekín), que es algo que no ocurre todos los años", prosigue el jugador español, que se congratuló de que en este tiempo las lesiones que ha sufrido, "no demasiado graves", le hayan respetado.

Por eso al año nuevo le pide "salud, que es lo más importante", aunque también algo que le haría romper otra barrera más en la historia del deporte español. "Si puede ser un anillo... ¡Aleluya!, ¡Aleluya!", apostilla entre risas.