China nombró, el pasado jueves, a un nuevo supervisor de las obras olímpicas con la misión de evitar más casos de corrupción en la organización, preparativos y construcción de los Juegos que debían ser los más "limpios de la historia". Xu Bo, miembro del Ministerio de Construcción, fiscalizará las obras aún más exhaustivamente de lo que se hacía hasta ahora. "Con el fortalecimiento de las auditorías y los métodos de supervisión, confiamos plenamente en prevenir más casos de corrupción", dijo el pasado miércoles el propio Xu.

Tras ser elegida su candidatura olímpica, el Gobierno chino anunció escrupulosas medidas para que la corrupción, muy extendida en el país, no empañara un acontecimiento con el que quiere mostrar al mundo la nueva China. Esas medidas incluían auditorías periódicas de gastos, publicación en internet de ofertas de contratos para el escrutinio público y la elección a última hora de los expertos que deciden la concesión de proyectos para dificultar los sobornos.

Demasiado dinero

En junio pasado fue destituido Liu Zhihua, teniente de alcalde de Pekín. Liu --que había recibido muchísimas críticas por la enorme revolución urbanística que lideraba a la hora de casi derruir el histórico Pekín, poniendo en juego, incluso, su patrimonio histórico-- gestionaba los 40.000 millones de dólares (unos 30.277 millones de euros) destinados a infraestructuras: líneas de metro, recintos deportivos- Cientos de obras que requerían su firma. El comité permanente de la Asamblea Nacional se limitó a decir entonces que "se habían detectado actos muy graves y de funesta influencia social".

Wu Jingjun, portavoz del Ministerio de Construcción, no dio más detalles el jueves. Solo repitió que Liu no pertenecía al comité organizador y que se trata "solo" de un "caso personal", que no afectará al desarrollo de las obras. Wu también fue discreto sobre Jin Yan, diputado a las órdenes del sancionado Liu, del que se especula que podría estar en la trama. Sin desmentirlo, Wu solo aclaró que "está ayudando en la investigación sobre Liu".En junio del 2004 ya hubo un escándalo tras revelarse que 15 millones de dólares (11,3 millones de euros) del Comité Olímpico Chino habían sido desviados por funcionarios de la Administración General de Deportes a la construcción de apartamentos. El COI es muy sensible a los casos de corrupción desde que a finales de los 90 se supo que varios de sus miembros aceptaban sobornos de las ciudades candidatas.Las corruptelas no han afectado al calendario de obras. Pekín anunció que los 31 recintos olímpicos estarán terminados a principios del 2007. Nada extraño en China, que consume el 60% del cemento mundial a ritmo febril. Pekín ha sido la primera sede olímpica en la historia a la que el COI ha aconsejado ralentizar la construcción de los estadios para que no se vieran viejos en su inauguración.Elogios del COILas instalaciones más relevantes ya están muy avanzadas. El Estadio Olímpico Nacional, obra del prestigio estudio de arquitectos suizos de Jacques Herzog y Pierre de Meuron, muestra ya la forma de nido por la que se le conoce. "Este estadio --comentó el belga Jacques Rogge, presidente del COI en su última visita a Pekín, a finales del pasado mes de octubre--

"Este estadio va a convertirse no solo en uno de los símbolos de los JJOO, sino en una instalación de referencia, tanto arquitectónica como deportivamente".Rogge considera que la forma de nido del estadio "es una gran y bella idea". Pero el dirigente dijo mucho más:

"es una gran y bella idea". "Aquí habrá diariamente 91.000 espectadores y, después de visitar su interior, puedo decirles algo cierto: es más impresionante desde dentro, por dentro, que desde fuera".Rogge también elogió la piscina donde se disputarán los Juegos, recubierta de una membrana semitransparente que asemeja una enorme gota o cubo de agua. "En el primer golpe de vista no parece muy bonita, pero luego tiene un gran aire de originalidad", comenta Rogge, que lo único que pidió a las autoridades chinas es que no se recreen en lo conseguido:

"En el primer golpe de vista no parece muy bonita, pero luego tiene un gran aire de originalidad", "Tener todo lo que tienen los chinos es extraordinario, pero todavía queda mucho por hacer y, sobre todo, hay que poner a punto todas las instalaciones, y eso solo se hace con un buen rodaje".