El Mérida aparcó ayer el play off y su trascendental duelo del domingo ante el Linares Deportivo durante un buen rato. Tenía entre manos algo mucho más importante: su futuro, su base, su cantera, sus jóvenes aficionados. Es un gesto de esos que sirven para acercar aún más el club a sus seguidores, la entidad emeritense abrió las puertas del Romano para que los niños pudieran ver entrenar a sus jugadores y, cuando terminó la sesión de trabajo de la plantilla, compartir divertidos momentos sobre el césped.

Un centenar de pequeños aficionados se vistieron de corto para saltar al terreno de juego e inundar de alegría el estadio Romano. Los jugadores se dividieron en grupos para disputar improvisados partidillos y compartir también sus conocimientos futbolísticos con los más pequeños, que seguro que les ayudaron a rebajas los nervios y la tensión de este importante final de temporada, en el que el Mérida pelea por meterse en la fase de ascenso a Segunda División.

El domingo a las 12.00 recibe al Linares y los jóvenes aficionados de ayer, junto a muchos otros seguidores, estarán animando a su equipo para que supere al rival y sume tres puntos fundamentales para lograr el objetivo. El empate del pasado sábado en Huelva ha dejado sin margen al conjunto emeritense, aunque está a solo un punto del tercero, el Melilla, e igualado con el cuarto, el Villenovense, condición que comparte también con Murcia y Marbella, lo que imprime aún más dureza a este final de temporada. Tres partidos en casa y dos fuera aparecen en el horizonte del Mérida. «Nos tiene que dar igual el rival», ha dicho Eloy Jiménez esta semana, que tiene muy claras las cuentas para alcanzar el objetivo: «Hay que ganar cuatro de los cinco partidos que quedan para asegurarse la clasificación». Y el primero llega ya mismo.