Cesc y Raúl son las dos grandes apuestas de Luis Aragonés para romper el maleficio que sufrimos contra Francia desde aquel gol por el que injustamente se recuerda a Arconada. En la previa de Arabia ya avisábamos de que ambos se jugaban la titularidad en octavos y parece que Luis se ha decidido por el liderazgo del capitán y por la frescura de Cesc.

Decisión controvertida, teniendo en cuenta el rendimiento de España con Luis García y Senna en los dos primeros encuentros. Esto ya es el Mundial de verdad, con presión desde la previa, que se percibe en las declaraciones y en cada gesto. En Francia buscan resquicios para desestabilizar a España.

El más recurrente es el episodio entre Luis Aragonés y Reyes con Henry como protagonista. El siguiente caballo de batalla es el de la inexperiencia del equipo español. Venden como una ventaja la veteranía de sus estrellas frente a la juventud de los españoles. Creen que vamos a pagar la novatada. Está claro que por historial y por palmarés, Francia debe ser la favorita. Pero no es menos claro que España ha conseguido ganar los tres partidos de la primera fase y Francia las ha pasado canutas con Suiza y Corea y sólo ha conseguido doblegar a Togo. El equipo de Raymond Doménech ha jugado mejor sin Zidane, pero el capitán francés será de la partida.

Luis Aragonés anda tranquilo. Ha encontrado un estilo, que nos puede parecer demasiado arriesgado, pero que responde al perfil de centrocampista que el fútbol español exporta y que causa sensación en todo el mundo. Vamos a salir a dominar, a mandar. La gran novedad en el equipo es la presencia de Cesc. Con él, Luis se garantiza una tercera salida de balón y en Francia le respetan de una manera muy particular. Ya le han bautizado como el pequeño Platini. La presencia de Raúl se explica desde las llegadas de segunda línea.

Barthez es un portero excéntrico que igual tiene el día bueno, pero también puede darle por el día tonto y hay que estar atentos a sus rechaces o a sus errores ilógicos. Hay que bombardearle. Aún con poca velocidad, Raúl sigue manteniendo la pillería de la calle, como demostró ante Túnez. A eso nos agarramos. Hoy es un buen día para que Zinedine Zidane diga adiós al fútbol.