Oscar Pereiro, desbancado en el maillot amarillo por el estadounidense Floyd Landis, señaló que "el segundo puesto sabe a gloria y hay que saber valorarlo".

"Hoy estoy muy contento con el segundo puesto. Me sabe a gloria. este puesto en un Tour de Francia es increíble y hay que saber valorarlo, porque es muy importante", señaló.

Pereiro, que cedió 59 segundos en la general final a falta de la etapa de hoy, explicó que había sufrido en la contrarreloj "como un perro".

"Sabía la contrarreloj que estaba haciendo Kloeden y hube de emplearme e fondo. Salí muy fuerte para ver si podía intimidar un poco a mis rivales y luego pagué el esfuerzo, aunque mantuve el tipo hasta meta", añadió el gallego.

Desde el amarillo

El estadounidense Floyd Landis señaló tras la contrarreloj que "la victoria en el Tour no me cambiará la vida, estoy orgulloso de cómo soy" y no buscó comparaciones con Armstrong, ya que "él era una estrella".

"Armstrong era diferente, se trataba de una estrella. A mí no creo que esto me cambie la vida. Estoy orgulloso de cómo soy y voy a seguir así, porque soy feliz", señaló.

Landis explicó que en la decisiva contrarreloj salió con miedo por si pagaba el esfuerzo realizado en la última etapa de los Alpes, pero "después me encontré bien y fui a por todas porque estaba en juego el amarillo".

El líder del Phonak volvió a recordar dos jornadas claves y contradictorias: la pájara en La Toussuire y la reacción heroica en Morzine. "Fui humillado y entré en un estado depresivo. Luego recuperé el espíritu de lucha y me propuse cambiar la situación. Fui al combate tras preparar la estrategia con mi director", explicó.

Landis comentó que sus padres, que le educaron en la religión menonita, basada en la austeridad y alejamiento del mundo convencional, le enseñaron "el espíritu de trabajo", algo que ha sido muy importante a la hora de hacerse ciclista profesional.

El virtual ganador del Tour descartó cualquier punto en común entre todos los estadounidenses que han ganado el Tour: Lemond, Armstrong y él mismo.