Lance Armstrong siempre fue el último en partir. Miguel Induráin, durante su reinado, cerró con su intervención el prólogo del Tour, el honor que la dirección de la prueba reserva al ganador del año anterior. Oscar Pereiro no podrá vestir hoy de amarillo, ni siquiera llevará el dorsal número 1, pero al menos será el último ciclista que intervendrá en el prólogo de 7,8 kilómetros que recorrerá hoy el centro de Londres bajo una estricta pero discreta vigilancia policial de más de 5.000 agentes. Fue ésta la recompensa a medias que ayer recibió el corredor gallego por parte de la dirección de la ronda francesa, una decisión que agradó tanto al ciclista como a los responsables del conjunto Caisse d´´Epargne.

El Tour sigue sin admitir el nombre de Pereiro como ganador del 2006. Patrice Clerc, presidente de la sociedad ASO, la empresa que gestiona el Tour, admitió ayer la imposibilidad de su sociedad para proclamar al ciclista español como vencedor del año pasado, ya que Floyd Landis, el ganador que dio varias veces positivo por testosterona, todavía está a la espera de ser sancionado.

Por esa razón, esta semana comunicaron que retiraban el dorsal 1 de circulación, con la intención de que el público recordase lo sucedido hace 12 meses. Por idéntica causa en el libro de resultados que se actualiza cada año, el Tour ha dejado desierto el nombre del último ganador.

"Afortunadamente me dejan salir el último y por lo menos me han dado un dorsal, el 11, que lleva dos unos; igual resulta que voy a ser el doble vencedor", ironizó Pereiro.

El corredor español ha sido el gran perjudicado en un año de locos, en el que se sigue eternizando la sanción a Landis y en el que las sospechas de dopaje y las consecuencias por la operación Puerto han continuado salpicando al ciclismo. "Me molesta que este deporte sea el cabeza de turco, el blanco de todos los que quieren hablar de dopaje y que no se hable del tema en otros deportes. El dopaje es uno de los principales problemas del deporte moderno, pero no solo afecta al ciclismo, que está muy adelantado con respecto a otros deportes en la lucha contra este problema", defendió ayer el presidente del Tour.

FIRMA POR LA ETICA La ronda francesa ha conseguido la firma de los 189 participantes de la prueba en favor del llamado "compromiso por un nuevo ciclismo". Se trata de una carta impulsada por la Unión Ciclista Internacional (UCI) donde los corredores admiten que no están involucrados en la operación Puerto y recalcan que devolverán el salario de este año si dan positivo. Los sindicatos de los corredores se mostraron reticentes, ya que entendían que la carta vulneraba sus principios como deportistas y personas.

Algunos ciclistas escribieron una nota en la que decían que firmaban la nota "bajo coacción", una decisión que tomaron, por ejemplo, Oscar Freire y su compañero Pedro Horrillo, ausente del Tour, ciclistas que siempre han luchado contra el dopaje y que se han sentido menospreciados con la iniciativa. Al final, todos, sin excepción, han rubricado el texto.

Nace, al menos sobre el papel, el Tour del nuevo ciclismo, alejado de los aparentes abusos de los últimos años. Ojalá el compromiso firmado no quede en papel mojado. "Sería terrible un nuevo caso Landis", añadió Patrice Clerc. Cierto. Sería el fin.