El Tour de Francia llegará a Bélgica, uno de los países más visitados de la ronda, con una segunda etapa totalmente llana, típica de las clásicas flamencas, que promete una nueva oportunidad para los esprinters. El pelotón llegará al país de Tom Bonen, uno de los llegadores más en forma que tratará de imponerse en su territorio, lo que augura que el equipo Quick Step trabajará para abortar todo intento de aguar la fiesta del ciclista belga. El viento puede convertirse en factor susceptible de perturbar la llegada en grupo.