La historia siempre pesa. En el fútbol, a tenor de lo que acontece en las principales ligas europeas, lo hace para bien. Los equipos europeos que han militado siempre en la Primera División de su país no suelen sufrir para conservar la categoría. Al contrario, todos suelen ocupar puestos de privilegio en sus ligas. Todos menos el Athletic y el Hamburgo, ovejas negras este año en el grupo de los privilegiados.

Portugal es el mejor ejemplo del poder de los clásicos. Oporto, Benfica y Sporting de Lisboa son los tres únicos equipos que siempre han militado en la máxima categoría del futebol luso, y los tres copan, por ese orden, la cabeza de la Liga.

Siguiendo por el sur, Italia deja las cosas todavía más claras. Con el descenso administrativo de la Juventus, el Inter es el único que tiene el honor de haber luchado siempre por el scudetto. Este año, con un Milan flojo, se va a llevar cómodamente el título. La historia pesa hasta en la Serie B, que comanda la Juve pese a partir con nueve puntos menos.

El grande, por encima

En Holanda, Ajax y PSV luchan --junto al novato AZ Alkmaar-- por llevarse la Liga; el Feyenoord lo hace por entrar en la UEFA y el Utrecht vaga por tierra de nadie. En cualquier caso, ninguno de ellos faltará en la próxima Eredivisie, como no lo han hecho desde su creación, en 1956.

Celtic y Rangers (primero y segundo actualmente en Escocia); Maccabi Tel Aviv (segundo clasificado en Israel); Levski Sofía (líder en Bulgaria); Fenerbahce, Besiktas y Galatasaray (los tres primeros de Turquía); Olympiakos, AEK, Panathinaikos y Paok (del primero al cuarto en Grecia)... En las ligas más modestas el pez grande siempre se come al chico. Quien nunca ha bajado, difícilmente lo hará ya. Una tesis a la que Athletic y Hamburgo quieren aferrarse.

Los alemanes ocupan el puesto número 13 en la Bundesliga, a solamente tres puntos de la zona de descenso. Y harían bien en no fiarse, pues si algo no ha tenido la Liga germana en los últimos años es piedad.

Despiadada Bundesliga

Kaiserslautern, Borussia Mönchengladbach, Colonia y Eintracht han conocido en la última década el sabor amargo del descenso y lo difícil que es ascender. Al Fortuna de Düsseldorf, rival del Barça en la final de la Recopa de Basilea (1979) hay que buscarlo en la Liga Regional Norte. Y para crueldad la de Inglaterra, donde --como ocurre en Francia--, ningún equipo se ha mantenido siempre en la élite, pero que tiene su caso más sangrante en el Nottingham Forest.

Los campeones de Europa de 1979 y 1980 militan en la Segunda B inglesa, un signo inequívoco de que el fútbol inglés es diferente al resto.

Al Athletic, al menos, le queda el consuelo de que, con su triunfo en Valencia, se ha situado fuera de los puestos de descenso y puede, un año más, seguir haciendo historia, aunque lleva varios años tentando a la suerte. Como su vecino, la Real Sociedad, que este año sí parece que irá a Segunda.