Valentino Rossi domina. O cree dominar todo. No cabe duda de que el mundo de las dos ruedas gira alrededor de semejante estrella mediática. El Doctor ha regresado a su escenario natural y, además de hacer un grandioso GP (Casey Stoner le arrebató el bronce en la última curva), ha vuelto a difundir su palabra, su discurso, inundando todos y cada uno de los rincones del paddock.

Rossi, que se ha negado a que el popular doctor Claudio Costa ponga sus manos sobre su hombro y pierna derecha dañadas, provocando que el médico del Mundial medite tumbarse en el diván del psiquiatra, se resistió a reconocer que está más fuera de Yamaha que dentro y que su próxima vida, que quisiera tan gloriosa como la presente, será en el equipo Ducati.

Tras la carrera hubo un duelo verbal, dialéctico, entre dos grandes amigos, en vivo y en directo, en Italia-1, la televisión de Mediaset, que retransmite el Mundial vía Berlusconi para la afición azzurri.

Quien preguntaba no era otro que Carlo Pernat, entre otras facetas, mánager de Loris Capirossi, comentarista, exdirector del Sampdoria de Génova. Pernat le pidió a Rossi: "Dime una sola razón por la que Yamaha va a despedirte".

El Doctor, algo traspuesto, le dijo con cierto retintín: "Sabes más que yo, no sabía que me quisieran despedir". "Insisto, Vale, dime un solo motivo", insistió Pernat. "No sé, tal vez quieren apostar por la juventud, por Lorenzo".

El rostro de Pernat, siempre expresivo, mostraba incredulidad. "¿Qué quieres que te diga, Carlo? Tal vez piensan que ya estoy viejo, sí, tal vez piensen que ya soy un viejo", sentenció Rossi.

Elogios

Evidentemente la carrera de Rossi fue de un veinteañero, de auténtico roockie. "Ha estado fabuloso", dijo Stoner. "¡Impresionante! No diré más, sus tiempos de entrenamiento me hicieron pensar que hasta sería capaz de subir al podio", comentó Dani Pedrosa, cuya victoria fue considerada como "perfecta" por el propio Rossi.

"Sabe que para él, el Mundial está acabado, que no tiene opciones para conseguir el título porque hay muchos puntos de por medio. Ahora está ya a 111 puntos del líder, lo cual ya es muchísimo a estas alturas. Tendríamos que caernos todos varias veces para que tuviese opciones", dijo Jorge Lorenzo, que reconoció que, pese a haber hecho un paseo en descapotable durante 16 minutos por el circuito, ni se hablaron. "No cruzamos palabra alguna, ni siquiera nos saludamos", confesó.

Sin presión

Rossi contó que es un placer "correr sin la presión de tener que ganar" y añadió: "Soy el gran motivador de estos chicos, ya ven cómo han corrido nada más verme, todos corren pensando en mí. Casey (Stoner), por ejemplo, estaba rondando en 1.22.8 minutos y, en cuanto me ha visto aparecer, se ha puesto a rodar en 22.1 ¡Tremendo!".

Eso sí, Rossi reconoció que, al no correr tensionado en esta carrera, se creía que ya tenía el tercer puesto ganado en la última vuelta. "Y ha llegado Casey y me lo ha birlado metiéndose en el interior de una curva que debí de tapar". Genio y fugura, Valentino Rossi demostró ayer que sigue siendo un campeón, pese a que haya tenido el mal detalle de no agradecer a Jorge Lorenzo, su heredero natural, el gesto que tuvo tras su caída. La estrella de Doctor sigue brillando, casi siempre bien.