Los entrenadores de la UP Plasencia y del Moralo protagonizaron unas ruedas de prensa especialmente llamativas el pasado domingo tras el encuentro entre ambos. Además de lo apuntado sobre el partido en sí, que ya publicó ayer este diario, ambos se refirieron al video del jugador local David Durántez, lo que fue motivo de polémica

Emilio Gil, del Moralo, dijo: «Pastelero me ha provocado al decirme que yo soy culpable de lo del vídeo. El culpable es Durántez, al que le han traicionado al filtrarlo. El video me llegó 20 veces y yo se lo puedo pasar a cualquiera. El Moralo lo único que ha puesto el nombre para que se le insulte. Nosotros no solos los malos. Pastelero además se molestó por algo que yo dije en la primera vuelta y yo soy libre para decir lo que quiera. Durantez debió imaginar que iban a pasarse ese vídeo, sus formas no han sido buenas, se ha equivocado pero no le vamos a matar por ello. Lo que tenemos que hacer es disfrutar del momento que estamos viviendo las dos aficiones».

PREOCUPACIÓN / Mientras, José Diego Pastelero (Plasencia), analizó: «me preocupa que le pudieran sancionar. Es algo que se ha sacado de contexto. Él es jocoso, extrovertido, él no ha tenido ánimo de insultar a nadie. Nosotros ya hemos condenado el video, que es inapropiado. El club ya le ha sancionado no convocándole en un partido tan bonito. Los comités deben valorar su disculpa y que el contrario no eche más leña al fuego que creo que es lo que han hecho. Se demostró que toda la afición está con él. Ya sabemos quién subió el video a las redes y ese es el que ha tenido verdadera mala intención. El club tomará cartas en el asunto».

Sobre la provocación a Emilio Gil, señaló que «lo que pasa en el campo se queda en el campo. Cada entrenador tiene una manera de comunicarse, unos se dedican a llorar por las esquinas y otros a ensalzar a su equipo. Efectivamente mi equipo es es el mejor de la categoría, los motivos de bajo rendimiento hace un par de meses tendrá que explicarlo la junta directiva. La afición no sabía lo que pasaba dentro del club. Y hay que quitarse el sombrero por la junta por su esfuerzo. Y para mí que nos llamen profesionales es un halago. Lo que no se puede es tener jugadores que cobran más que alguno de los nuestros y sólo entrenen tres días. El equipo es el reflejo de su entrenador, si tú das pena o vas de víctima eso se transmite a tus jugadores».