"Quien pierde la ambición, pierde el futuro". La frase de Lissavetzky resume la actuación que quiere emprender la administración deportiva española para promover aún más los resultados en la alta competición. El CSD tiene intención de analizar a fondo los resultados de Atenas, más allá de las medallas, para ver dónde se puede mejorar. También va a estudiar las fórmulas que utilizan otros países emergentes, como China y Japón, para obtener más medallas que España. Los cambios pasarán por una reforma del plan ADO de ayuda a los deportistas olímpicos, que se puso en marcha antes de los Juegos del 92, y la promoción de la Ley del Mecenazgo, ya existente. Después de cuatro meses en el Gobierno, los nuevos responsables socialistas van a comenzar a remover las cosas, una vez pasados los Juegos. "Intentaremos que haya más dinero destinado al deporte", aseguró Lissavetzky, que prometió que las "nuevas ganas y nuevas fuerzas" se plasme en positivo.