La plantilla del Levante acudió hoy al despacho del ex máximo accionista de la entidad Pedro Villarroel para reclamarle una solución a los problemas de cobro y pedirle que no impida la entrada de nuevos accionistas, pero éste negó cualquier vinculación con el club, lo que provocó una discusión. Incluso algún integrante de la plantilla tuvo que ser contenido para que no se produjera un enfrentamiento físico con Villarroel, según reconoció a EFE el capitán del equipo, Luis Manuel Rubiales.

Los futbolistas acudieron a la oficina de Villarroel sin previo aviso y tras haber ofrecido una rueda de prensa en la que habían solicitado la dimisión del consejo de administración del club. Un grupo de futbolistas subió para hablar con Villarroel en su oficina, mientras el resto esperaba en el portal, pero justo en ese momento, el ex presidente del club bajó para recoger su vehículo en el aparcamiento, circunstancia que fue aprovechada por los jugadores para abordarle y pedirle explicaciones por los impedimentos que, en opinión de la plantilla, pone para la llegada de nuevos inversores.

Rubiales explicó que tanto él como el resto de compañeros le pidieron "por favor" al ex máximo accionista que les permitiese negociar un crédito en nombre del club y que hiciese lo posible por permitir el traspaso de la mayoría accionarial de la sociedad a compradores interesados. Villarroel respondió que desde hace algún tiempo no tiene vinculación alguna con el Levante y que dejó "2.000 millones de pesetas" -doce millones de euros- en la caja cuando abandonó la presidencia.

A pesar de que todavía es copropietario -junto al actual presidente, Julio Romero- de aproximadamente el veinte por ciento del capital social del club, Villarroel insistió en que él no tiene nada que ver con la actual situación económica. "Nosotros le hemos dicho que tiene parte de culpa de cómo están las cosas y le hemos pedido que hiciese el favor de permitir la llegada de nuevos inversores, pero él me ha dicho que como siguiese culpándole, me iba a denunciar", explicó Rubiales.

El capitán recordó a Pedro Villarroel que muchos de los jugadores de la plantilla tienen en su poder pagarés firmados por él y que hace unos meses mandó mensajes a varios futbolistas para que retirasen las denuncias por impago.

El ex máximo accionista preguntó a Rubiales si creía en Dios, a lo que el lateral respondió que sí. "Pues vas a ir al infierno", le espetó Villarroel. La discusión continuó y, mientras Villarroel negaba las acusaciones de la plantilla, algunos jugadores le llamaron "mentiroso".

Especialmente tensa fue el diálogo entre el canterano Armando Lozano y Pedro Villarroel, quienes estuvieron cerca de llegar a las manos, aunque fueron separados cuando el ex máximo accionista preguntó al futbolista quién era e insistió en que no le conocía. Según Rubiales, su compañero Armando "ha perdido los nervios porque lo está pasando muy mal económicamente".