El Plasencia Galco se encontró ayer con una desagradable sorpresa en su jornada de entrenamientos. Tras la sesión matinal, la plantilla se encontró desvalijado su vestuario en el pabellón Ciudad de Plasencia.

A varios jugadores les fueron sustraídas algunas de sus pertenencias. Por poner un ejemplo, al base Rodrigo San Miguel le robaron la cartera, que más tarde aparecería en las inmediaciones del recinto ya sin dinero que tenía dentro.

No es el primer caso de este tipo que ocurre. Según el cuerpo técnico, en las últimas dos o tres temporadas se han producido pequeños hurtos que se acercan a la media docena, casi todos por el mismo modus operandi y el lógico malestar es creciente en el seno del equipo, que estaría más tranquilo con una mayor vigilancia en las instalaciones.

SIN PROBLEMAS En el plano deportivo, el equipo ha asumido con naturalidad la derrota del pasado viernes ante el CAI en Zaragoza (73-66) en la primera jornada de la LEB y ya se prepara la visita del Aguas de Calpe el próximo sábado.

En el equipo se está contento con la imagen que se ofreció en el pabellón Príncipe Felipe, en el que se estuvo por delante en el marcador durante gran parte del encuentro. Muy esperanzadoras fueron las actuaciones de Jay Joseph, Mario García y Rodrigo San Miguel.

Mientras tanto, Javier Salsón se ejercita aparte de la plantilla con los cuidadores del club con la expectativa de recuperarse totalmente de la fisura en el pie izquierdo que sufrió en el inicio de la pretemporada. Su sustituto, el brasileño Sidnei de Santana, agiliza los trámites para conseguir el pasaporte comunitario, pudiendo incluso debutar ante el Calpe.

EL MARCADOR Por otra parte, se está a la espera de la instalación para esta misma semana de un segundo marcador en el pabellón Ciudad de Plasencia para cumplir con la normativa de la Federación Española. Como ya publicó este diario hace unas fechas, ha sido imposible colocar un aparato de cuatro caras --que ya estaba aprobado por el ayuntamiento de Plasencia-- porque la estructura del techo del pabellón municipal no lo soportaba.