CAI ZARAGOZA 89: (25+22+22+20) Ciorciari (14), Lescano (10), Doblado (10), Earl (10) y Hill (25) -cinco inicial- Oscar González (11), Mesa (-), Ferrer (5) y Sabaté (4).

PLASENCIA GALCO 82: (16+18+18+30) Terrence Stewart (16), Pedro Sala (7), Nicolás Gianella (21), Trelonnie Owens (22), Guillem Rubio (10) -cinco inicial- Alvaro Palacios (6), Ferrero (-), Beltrán (-) y Lledó (-).

ARBITROS: Estévez y Jiménez. Excluyeron por cinco faltas personales al jugador visitante Sala (min.40).

MARCADOR POR CUARTOS: 25-16, 47-34 (descanso), 69-52 y 79-72.

Adiós al sueño jerteño. Por segundo año consecutivo, el Plasencia Galco perdió la final del torneo copero. Si el temporada pasada era el Aracena el que podía con los placentinos en la Copa LEB-2, ayer fue el CAI Zaragoza el que, un escalón por encima, acababa con el ideal de ver a Jorge Lledó, el capitán, levantando el trofeo de la Copa Príncipe de Asturias.

El anfitrión fue mejor. Apoyado por un pabellón absolutamente repleto y saliéndole todo desde el inicio, el equipo maño cimentó su victoria desde el comienzo. El Plasencia no encontró soluciones, ni en defensa ni en ataque.

DERROTADOS No fue el equipo de Dani García el mismo grupo inspirado del día anterior y de toda la temporada en general. Algunos de sus jugadores determinantes no estuvieron tan atinados como habitualmente y eso se acabó pagando en forma de derrota. Claro exponente fue la primera parte de Terrence Stewart, que no había anotado en el descanso (cero de cinco en tiros de campo). Tampoco Pedro Sala, ascendido a la titularidad, supuso la amenaza ofensiva de la semifinal frente a La Palma. La idea de García era que tanto él como Gianella parasen a la pareja argentina del CAI, Lescano-Ciorciari, pero no se consiguió.

La buena defensa aragonesa evitó que los placentinos se sintiesen cómodos en la cancha y además se encontraron con un rival que abrió brecha desde el inicio, fundamentado en el acierto en el tiro exterior. Otis Hill también dominaba los tableros, superando a Owens.

No llegó a estar nunca el Plasencia por delante. En el minuto 5 ya perdía por 15-6, lo que obligó a un tiempo muerto que no resolvió demasiado. Las distancias de hecho se aumentaron (20-10, min. 7).

Gianella pareció entonces intentar echarse el equipo a sus espaldas, pero no hubo mucho efecto (25-16, final del primer cuarto). Lescano estaba fortísimo. Sus escasos minutos resultarían decisivos: sólo jugó 12, marcando diez puntos, casi sin fallo, y después de lesionó, en ese segundo cuarto. Su desaparición no afectó a los de Alfred Julbe, que hizo gala de su potentísimo banquillo recurriendo a Ferrer, Sabaté y Doblado. La situación pintaba negra al descanso (47-34), pero había esperanzas.

REACCION INUTIL El tercer cuarto se inició con un triple de Owens, pero el intercambio de canastas no favorecía al que iba por detrás. Las diferencias se recortaron un poco, pero de nuevo la precipitación se hizo dueña del juego placentino. Casi de repente se pasó de tener mucha fe a que la brecha se aumentase espectacularmente (65-48, min. 27). El juego del Plasencia seguía a tirones y echaba de menos aportación de las rotaciones. Los suplentes sólo sumaron los seis puntos de Palacios.

Lo mejor fue que en ningún momento se bajaron los brazos. El CAI estuvo un par de minutos sin anotar una canasta al principio del último cuarto. Los minutos finales dieron cierta opción a soñar (80-71, min. 35), pero el esfuerzo resultaba ya demasiado grande. Los zaragozanos, disfrutando, se relajaron y encajaron varios triples, estableciendo el maquillaje final.