MENORCA 74: (16+18+19+21) Floyd (17), Salva Camps (17), Moss (10), Alex Burgos (15) y Héctor Manzano (-) -cinco inicial-, Víctor Rojas (-), Alberto Miguel (6), Urko Otegi (9).

PLASENCIA GALCO 81: (24+22+20+15) Terrence Stewart (16), Nicolás Gianella (14), Jorge Lledó (8), Trelonnie Owens (12), Roy Kruiswijk (6) -cinco inicial-, Jobacho (-), Ferrero (-), Perico Sala (13), Beltrán (-) y Rubio (12).

ARBITROS: Bardaji y Avilés (catalanes). Excluyeron por cinco faltas al local Salva Camps y al visitante Owens.

INCIDENCIAS: Partido de la primera jornada de la Liga LEB-1.

El Plasencia se estrenó en la LEB-1 con una victoria por 74-81 en la pista del Menorca en un partido muy serio en el que los extremeños llegaron a mandar en el marcador por 18 puntos, y supieron administrar esa renta hasta el final de un encuentro que dominaron de principio a fin.

El Menorca en ningún momento se encontró a sí mismo y nunca se puso por delante en el marcador. El tanteo lo inauguró el Plasencia por mediación de base suramericano Gianella ante un Menorca Basket que intentó defender su propia zona pero no estuvo en absoluto acertado porque el Plasencia, muy ordenado y conducido por el propio Gianella, se marchó poco a poco en el marcador. Se puso con ocho arriba (16-24 al final del primer cuarto).

CON COMODIDAD

El Menorca nunca encontró la fórmula para contestar al ritmo del partido impuesto por el equipo que dirige Dani García a pesar de sus esfuerzos por equilibrar el juego de ataque y defensa.

El equipo visitante aumentó la distancia nada más comenzar el segundo cuarto. La defensa insular no existía y su adversario no encontró excesiva oposición para sumar puntos.

El técnico cántabro del Plasencia decidió dar descanso a Gianella y Kruiswijk cuando el Menorca comenzaba a reaccionar tímidamente por medio de Alex Burgos, apretando el marcador con un 21-25 y cinco puntos consecutivos del alero del Menorca.

Pero el Plasencia no perdió nunca la compostura, se mostraba bien armado en defensa, especialmente Lledó apoyado en las asistencias de Perico Sala. El Plasencia alcanzó los diez puntos de ventaja (21-31) sin que aparentemente hubiese forzado la máquina para conseguirlo.

GIANELLA, DOMINANTE

El Menorca seguía careciendo de ideas y estaba atascado de ataque. Además su juego no tenía intensidad, mientras que el Plasencia se mostraba cada vez más solido y confiado en sus posibilidades de triunfo.

La sociedad Burgos-Otegi fue un espejismo, alternativa imprevista de los locales, y tuvo un resultado efímero. En cuanto consiguió seis puntos seguidos, otra vez el Plasencia intensificaba su defensa y abortaba los esfuerzos del ataque insular. El descanso ya reflejó las distancias (34-46).

El tercer cuarto volvió el base Gianella que junto con el ala pívot Trelonnie Owens destrozaron la canasta menorquina. Pero poco duró la alegría para el director de juego que pronto cometió su tercera falta personal y tuvo que regresar al banco, un contratiempo inesperado. El empeño del conjunto visitante siguió haciendo estragos en la zona local y la situación comenzó a ser preocupante para el Menorca. El técnico Curro Segura pidió tiempo muerto para romper la racha visitante. El base local Salva Camps intentó echarse el equipo a sus espaldas pero su esfuerzo no encontró fruto y el acierto y las transiciones de los visitantes propiciaron que la renta se fuera hasta los trece puntos con un triple de Jorge Lledó (53-66, m.30).

PRESION FINAL

Segura decidió prescindir del estadounidense del Menorca Moss, desacertado durante todo el partido. Poco a poco las faltas personales minaban a los dos equipos, especialmente al Plasencia, que padecía a cuatro miembros de su plantilla amenazados con la exclusión, entre ellos Gianella.

En los dos últimos minutos el Menorca redujo el marcador (65-75) en la frontera de los diez puntos. Mínimas opciones de voltear el marcador y con la vuelta de Moss para apurar los últimos cartuchos. Sin embargo, Salva Camps fue eliminado. Víctor Rojas, su sustituto, no pudo nunca cambiar el tempo del partido que imponía el Plasencia.

Aún quedaría una última y remota opción. A 25 segundos para el final una presión en toda la pista de los locales colocó el marcador a 72-81.

La precipitación y la falta de acierto, además de las faltas personales que llevaron a los visitantes a la línea de tiros libres, terminó por abocar el encuentro a su destino y cerrar el partido. El Plasencia celebra un debut inmejorable en la segunda competición española de baloncesto.