PLASENCIA GALCO: Rubén Ibeas (0), Dominick Martín (4), Mario Fernándes (5) y Jason Blair (14) y Nacho Fort (7) -cinco inicial- Juliá Garrote (10), Quique Suárez (13), Mark Zoller (12), Gillespie (8) y Miguel Angel Conejero (2)

WTC CORNELLA: Chema Marcos (16), Alexis Montas (3), Xavier Rabaseda (25), Mamadou Samb (4) y Mario García (6)- cinco inicial - Solomando (0), Raya (8), y Marc Silva (10).

MARCADOR POR CUARTOS: 9-15, 40-28 (descanso), 57-49 y 75-72 (final)

ARBITROS: Ricardo Santana Morales (canario) y Raúl Blanco Castelló (valenciano). Eliminaron a Mario García (min.35)

La frase pronunciada por Juan Pablo Márquez a la finalización del encuentro de anoche "Ha sido un partido de luces y sombras" refleja a la perfección lo que ocurrió en la Bombonera.

Acudían los catalanes tan sólo con ocho jugadores, faltó el bosnio Dedovic, el base Dani del Castillo y un Sergi Grimau que ha abandonado la disciplina del Cornellá por motivos personales, con estas ventajas partía a priori el Plasencia que comenzó el partido en la más funesta sombra ya que el primer cuarto fue una sucesión de despropósitos difícil de comprender, ya que de una parte Cornellá no metió su primera canasta hasta pasados 4,33 minutos y los locales hasta ese momento llevaban cuatro puntos, pero ese primer acierto catalán les despertó de su letargo y endosaron un 0-10 ante los silbidos del respetable.

Lo que mejor pudo pasar fue que terminara este desastre y que el técnico placentino Juan Pablo Márquez espabilara a los suyos.

Plasencia vio entonces la luz, y con tres pequeños en pista, Garrote, Suárez y Gillespie y a base de ir encontrando acierto de tres, fueron despegándose en el electrónico y anotaron 31 puntos en este periodo para irse al descanso con una ventaja de 12 puntos (40-28). Resultó alentador el dato de anotar 11 de 11 en tiros libres y totalmente preocupante el dato de los cero puntos de Rubén Ibeas en sus cuatro intentos.

El tercer periodo comenzó también iluminado porque se conseguiría la máxima renta (42-28) a partir de ahí y con viento a favor Plasencia siempre supo administrar, incluso hubo otro intento en vano de recuperar a Ibeas, al que Lledó de paisano desde el banco le intentaba alentar. Se llegó al final del tercer cuarto con una renta de ocho (57-49).

LA HORA DE LA VERDAD La parte decisiva comenzó con Zoller que despertó para la ocasión y donde la afición pudo descubrir a una joya de jugador en las filas rivales, Xavier Rabaseda, inmenso partido el suyo que fue poniendo en aprietos a los locales.

A falta de cuatro minutos Plasencia ganaba de nueve (67-61) y un nubarrón debió apagar el cerebro de Gillespie, que en dos jugadas alocadas, de esas que si salen, sales a hombros, pero que si fallas, como fue el caso, haces el ridículo y encima pones en peligro la victoria. Sí a esto le añadimos el protagonismo arbitral al señalar una antideportiva a Marío Fernándes cuando Chema Marcos se tropieza con él, y que puso el marcador en 72-70 y la sucesión de tiros libres hasta que Jason Blair capturó el rebote del suspiro, lo mejor que pudo pasar fue que la luz se hizo y Plasencia se libera de cara al derby del viernes.