La LEB Plata, que el sábado iniciará el Cáceres Patrimonio de la Humanidad por segunda temporada consecutiva, intenta recuperar el brillo que tuvo unas temporadas atrás. De momento, puede aludir a dos datos que contribuyen a ello: esta edición pasa de 13 a 16 equipos y recupera además a grandes ciudades del basket nacional.

A priori es difícil señalar grandes favoritos, aunque casi todas las plantillas contienen algún nombre interesante. Al igual que ocurrió la pasada campaña, al Cáceres le costará quitarse la etiqueta de gallito : tiene varios jugadores top de esta liga, sobre todo en el juego exterior, y una estructura bastante más profesional que la de la mayoría de sus oponentes.

Mirando al este

En el Levante español se concentran dos puntos a observar: el Amics de Castellón, que mantiene a buena parte de la plantilla que lució en la pasada campaña, y el Lucentum alicantino, que tras pasar de la Liga Endesa a EBA por problemas económicos intenta emerger poco a poco con el talento de Javier Marín, Adrián Fuentes, Ale Navajas y Samuel Domínguez. También vuelve Tarragona al basket de un cierto nivel, aunque probablemente su mayor estrella esté en el banquillo, el exjugador Berni Alvarez.

El campeón de la pasada campaña, el Fundación Fuenlabrada, renunció al ascenso para seguir fogueando a sus jóvenes en una categoría a su medida. También habrá mucho descaro y pocos años en el Barcelona B y en el CBA canario. Y no hay que olvidar al correoso Guadalajara de Javier Juárez ni a un Avila perenne en Plata.

Además, se mantienen los dos bloques autonómicos con largos viajes de por medio para los extremeños: el vasco, formado por Zornotza --primer rival cacereño--, Araberri y Azkoitia, y el gallego, con Cambados y Marín (este tiene al exverdinegro Garfield Blair).

La sorpresa puede ser el Pla mallorquín, que incluye a un base del prestigio de Joan Riera, todo un clásico en Oro.