El fútbol extremeño vivió el pasado sábado otro lamentable episodio de violencia, aunque las versiones de los dos conjuntos resultan contrapuestas. Jugadores de los equipos cadetes del Plasencia y el Badajoz se enzarzaron en una bronca en la que podrían haber intervenido familiares de los futbolistas, según denuncian los pacenses.

Los hechos ocurrieron después de que la UPP ganase por 3-2. Según el Badajoz, los jugadores locales se abalanzaron sobre los visitantes, acompañados de diez aficionados adultos que saltaron al campo, "y comenzaron a propinar golpes".

La versión del conjunto albinegro es terrorífica: a Francisco Gallardo "lo tiraron al suelo y le patearon en varias ocasiones, consecuencia de lo cual sufre una luxación de muñeca". Por otra parte, Carlos García "recibió un puñetazo y durante la jornada del lunes no pudo ejercitarse en el entrenamiento por la inflamación en el pómulo, producida por un codazo durante el partido". Además, Jesús Benítez, Alejandro Granado y Leonardo Blanco recibieron también varios puñetazos y patadas en la cabeza que les obligaron a estar en observación tras la consulta el lunes con su médico".

El Badajoz también se queja de que los responsables placentinos "asistían a la brutal agresión sin evitarlo", lo mismo que el árbitro, Alberto Calle Pérez, "que se desentendió". Según Miguel Angel Barrado, entrenador del Badajoz, "fue lamentable ver cómo adultos, algunos con cascos de moto, agredían a chavales de 15 años".

Lo que cuenta el Plasencia no se parece mucho. José Luis Carretero, técnico del Plasencia, dice en www.estadioplacentino.comcolor>: "Uno de mis jugadores, Alejandro, fue a dar la mano al portero del Badajoz y éste le soltó un bofetón en la cara. A partir de ahí sí es verdad que se formó una batalla campal entre los jugadores, pero es mentira que participaran adultos". En su opinión, los responsables fueron "los acompañantes del Badajoz, que estuvieron todo el partido insultando".

No es el primer incidente de este tipo que se produce en Plasencia. Hace tres semanas, una luna del autobús del equipo juvenil del Santa Amalia fue rota por una pedrada.