A Valdés no le tiran mucho. Hay partidos en los que no ha hecho ni una parada: fue en la segunda jornada ante el Sevilla en el Camp Nou. Y varios en los que sólo ha atrapado una pelota (Racing, Atlético y Zaragoza). Además de estar muy bien protegido por un triángulo mágico integrado por Puyol, Oleguer y Márquez, el meta, de 22 años, ha encontrado un punto de estabilidad y sobriedad del que carecía. Hasta ha dulcificado su imagen. Ya no es tan impulsivo y transmite una gran seguridad.