PORTUGAL 2: Ricardo, Miguel, Jorge Andrade, Ricardo Carvalho, Nuno Valente, Maniche (Couto, m.87), Costinha, Cristiano Ronaldo (Petit, m.67), Deco, Luis Figo y Pauleta (Nuno Gomes, m.75).

HOLANDA 1: Van der Sar, Reiziger, Stam, Bouma (Van der Vaart, m.56), Van Bronckhorst, Davids, Seedorf, Cocu, Overmars (Makaay, m.46), Robben (Van Hooijdonk, m.81) y Van Nistelrooy.

GOLES: 1-0, m.26: Ronaldo. 2-0, m.58: Maniche. 2-1, m.63: Andrade, en propia puerta.

ARBITRO: Anders Frisk (SUE). Mostró cinco tarjetas.

Portugal se convirtió ayer en el primer finalista de la edición de 2004 de la Eurocopa al superar a una decepcionante Holanda (2-1), en un partido en el que el anfitrión pudo haber resuelto antes del descanso pero en el que, al final, sufrió más de lo que debía para llegar a la final del próximo domingo en el lisboeta estadio de La Luz.

Desde casi el inicio se hizo con las riendas del partido. Llegaba al área rival, creaba, como siempre, ocasiones de gol pero no las resolvía. Pese al triunfo de hoy, es el gol la asignatura pendiente del combinado luso.

Ayer, de haber aprovechado la mitad de las ocasiones de las que dispuso simplemente en el primer tiempo, en el que avasalló a Holanda, hubiese liquidado el choque antes del descanso y se habría ahorrado algunos de los apuros que pasó al final.

Las internadas de Figo por ambas bandas, acompañadas de un buen definidor, serían morales para sus rivales, pero carece el equipo Scolari de un nueve que remate la buena faena de un equipo trabajado como es el luso. Pauleta se hartó de fallar.

EL INICIO Sin embargo, entre sus virtudes también figuran las jugadas a balón parado, que pueden ser muy útiles ante un equipo como el holandés, que tiene en la defensa su auténtico talón de Aquiles. Un córner sacado por Deco encontró la cabeza de Cristiano Ronaldo, quien libre de marca, abrió el marcador.

Figo volvió loco tanto al flanco derecho como al izquierdo de la defensa y sólo el poste evitó que aumentase la cuenta portuguesa. También pudo marcar Pauleta con un remate bocajarro al que respondió Van der Sar.

El equipo de Dick Advocaat, con una importante dosis de talento en sus filas, se vio desbordado por la ya conocida entrega y entusiasmo que embarga a Portugal en sus partidos en este torneo y casi nunca tuvo respuesta.

No era la noche de Pauleta. Al poco de reanudarse el choque, un balón largo le llevó a encarar en solitario a Van der Sar y la estrelló prácticamente contra el portero holandés, quien, sin embargo, nada pudo hacer para evitar el segundo gol local: el zambombazo de Maniche desde un lateral de la frontal del área trazó una parábola imparable.

Pero el fútbol es caprichoso y un gol en propia puerta de Jorge Andrade le metió en el partido a los 63 minutos. En el tramo final, a la desesperada, Holanda embotelló a Portugal. Buscaba la prórroga ante un rival que se defendió con todo y que, al final, logró llegar a su final.