El caso de Carlos Gurpegui entrará hoy en una nueva fase con la reunión que mantendrán en Madrid los representantes del Consejo Superior de Deportes y de su club, el Athletic de Bilbao, para el estudio médico al que se someterá el jugador y demostrar si genera norandrosterona de forma endógena.

A falta de dos fines de semana para que termine la Liga el positivo del centrocampista del Athletic, que se produjo en la jornada inicial del campeonato, sigue sin resolución después de pasar por una suspensión cautelar y pasar dos veces por la mesa de los comités disciplinarios.

Las guerras dialécticas y las idas y venidas de despacho en despacho han marcado los últimos nueves meses de este joven de Andosilla continúa sin saber si su carrera como futbolista tendrá un frenazo.

CUATRO MESES DE SOSPECHA

Desde el anuncio del positivo del jugador allá por diciembre, casi cuatro meses después de haberse producido al detectarse en su orina una tasa superior a la permitida de nandrosterona (13,4), Gurpegui ha vivido momentos de incertidumbre y también de sanción, salpicados ambos con muestras de solidaridad, además de polémica.

El hecho de que el Laboratorio Antidopaje de Madrid tardara casi cuatro meses en notificar el positivo del jugador y que justificara el retraso por una sobrecarga de trabajo, fue el primer síntoma.

Desde ese momento el Athletic se volcó en la defensa de su jugador y se empeñó en demostrar que Gurpegui no dio positivo por consumir ninguna sustancia prohibida sino porque su propio organismo es el que la produce.