La semifinal ha desatado una raro acuerdo en la clase política española, que ha pronosticado casi unánimemente una victoria. El propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, vaticinó ayer un 3-1, un resultado muy similar al defendido por el jefe de la oposición, Mariano Rajoy (3-0). Por el 2-1 apuesta el coordinador de IU, Gaspar Llamazares. El portavoz de CiU, Duran Lleida, deseó que gane España, mientras que el de ERC, Joan Ridao, no se mostró interesado. "Me resulta bastante indiferente", dijo.