El Ali Semi Yen, estadio con capacidad para 25.000 espectadores, será un infierno para agotar las posibilidades de Turquía de clasificarse para el Mundial 2010 y el examen más duro de una España que deja récords en su camino hacia Sudáfrica.

Turquía lleva días calentando un partido decisivo para sus intereses. Desde la derrota del sábado en el Santiago Bernabéu (1-0), cuando sintieron tener en sus manos a la campeona de Europa, tras conseguir frenar sus puntos fuertes, pero una acción a balón parado tiró por tierra todo su trabajo.

El patriotismo de los jugadores. La máxima entrega y lucha que caracteriza a Turquía, se multiplicará en un escenario como el Ali Semi Yen. Un estadio que no ha sido elegido al azar, en el que está asegurado el lleno y un ambiente infernal. Más presión que en otro estadio, el Olímpico Atatürk, donde entran más del doble (unos 70.000 espectadores), pero la pista de atletismo que separa al terreno de juego impresionaría menos a los campeones de Europa.

Para Turquía ya no existe la desmoralización ni las molestias físicas. Su único pensamiento es ganar a España a toda costa porque cualquier resultado que no le den los tres puntos complicará su clasificación al Mundial.

CAMBIOS EN ESPAÑA Enfrente estará un técnico como Vicente Del Bosque que conoce a la perfección todo lo que espera a España por su experiencia en el Besiktas. Maneja ciertos códigos del fútbol que le hacen pensar en cambios en su equipo titular y no solo porque la imagen ofrecida en el Bernabéu se alejó de la brillantez habitual.

David Villa es la principal preocupación. Recién recuperado de su lesión de rodilla, jugar de inicio cuatro días después, piensa el seleccionador, sería demasiada exigencia.

El mayor defecto del encuentro del sábado fue el continuo toque en corto en el centro, caer en la trampa de la presión turca a los jugadores creativos. Jugar con extremos es la solución y David Silva más Albert Riera se perfilan como novedades. La experiencia de Carlos Marchena en un partido de alto voltaje está siendo considerada en lugar de Raúl Albiol.

Nadie mira los récords que deja por el camino España pero Del Bosque se convertiría, en caso de sumar su novena victoria consecutiva, en el mejor estreno de un seleccionador en la historia. La selección no pierde desde el 15 de noviembre de 2006.

España llega con las bajas importantes de Puyol, Andrés Iniesta y Cesc Fábregas, pero Del Bosque ha conseguido que nuevas piezas como Gerard Piqué o Juan Mata mantengan el nivel. La euforia no se rebaja por el mal partido del Bernabéu.

El morbo lo pondrá la presencia de Luis Aragonés. El seleccionador que creó el bloque del éxito y condujo a España a la conquista de la Eurocopa está invitado al palco. En las horas previas ha intercambiado elogios con Del Bosque, pero las sensaciones que le recorrerán el cuerpo viendo a un grupo que nació con él al mando serán únicas. La roja dio el salto de calidad y, ahora, puede sellar su pasaporte al Mundial 2010.