En Extremadura la referencia sentimental y mediática siempre ha sido Manuel Piñero, durante muchos años brillante competidor un escalón por debajo del genial Severiano Ballesteros. Pero el ilustre montijano no empezó a jugar al golf en la región, entre otras cosas porque en su época ni siquiera había campos.

El cacereño Javier Colomo, de 20 años, sí pasará a la historia el próximo lunes como el primer extremeño que se inició en este deporte en la comunidad que da el salto al profesionalismo. Cumplidos todos los requisitos legales, Colomo dará el paso definitivo participando en el circuito español --Copa Peugeot-- el próximo año. El extremeño se codeará en los grandes torneos con los más reputados golfistas nacionales. A medio plazo, dos o tres años, "si todo sale bien", desea, ya podrá participar en los europeos y, de ahí, al aún más selecto circuito americano.

"Tiene condiciones, sí, y todos esperamos mucho de él", proclama Jorge Campillo, presidente de la Federación Extremeña en los últimos y que en pocas fechas será reelegido en el cargo, ya que él será el único candidato. El padre de la otra gran realidad del golf extremeño sólo tiene un pero a la noticia: la selección extremeña amateur se verá debilitada sin el flamante profesional. Bendito problema, se podría pensar.

Motivación

"Ahora estaré más motivado", sugiere Colomo, quien sin embargo se cubre las espaldas : estudia Ciencias del Deporte en la Universidad de Extremadura por si su aventura no se concreta. En su historial, repleto de triunfos y convocatorias con selecciones nacionales, se encuentran varias claves de su progresión, ya que con 14 años se fue al Centro de Alto Rendimiento de San Cugat, en Barcelona, para ser becado después en la Blume de Madrid antes de regresar a su Cáceres natal.

Once años después de dar sus primeros golpes en el Norba Club de Golf, Javier Colomo se apresta a afinar su swing para embocar en el hoyo del profesionalismo a las primeras de cambio. El espera dar el gran golpe. Y los que le conocen no dudan de que lo conseguirá.