El Cáceres perdió en el Palau en un partido cuyo resultado final (99-82) induce al engaño ya que el Barcelona sólo fue superior en los últimos ocho minutos, cuando los numerosos errores en ataque de los de Manolo Hussein propiciaron que los jugadores del conjunto catalán estiraran la diferencia final.

Jugó bien el equipo extremeño pero le faltó la convicción y el temple necesario para creerse que podía si no dar la campanada, algo que nadie ha conseguido en el Palau esta temporada, sí darle emoción a un encuentro que a falta de ocho minutos presentaba un resultado de 71-67 y balón para los cacereños. Todo ello sin Kevin Thompson, cuyo esguince de rodilla le impidió finalmente jugar. Su ausencia se sumaba a la ya conocida de Juan Antonio Orenga, lo que dejaba a su equipo muy desguarnecido bajo los aros.

Fueron unos últimos ocho minutos nefastos con selecciones de tiro horrorosas, lanzamientos a canasta injustificables y mala resolución de la mayoría de acciones de ataque. El Barcelona no desaprovechó el regalo rival y gozó de un plácido final de partido adornado con grandes jugadas de Juan Carlos Navarro.

El Cáceres no quiso ser un invitado de piedra al último ensayo del Barcelona antes de la cita copera de Valencia y le puso las cosas difíciles a los de Svetislav Pesic desde el salto inicial. Un triple de Hurl Beechum en el primer ataque sirvió de aviso.

Los cacereños aguantaron bien los primeros compases (5-9, min. 4) ante un rival relajado sabedor de su enorme potencial. Sarunas Jasikevicius cogió la responsabilidad en un visto y no visto llevó a su equipo a dar la vuelta al partido (17-11, min. 6).

La ausencia de Thompson y Orenga era una carga demasiado grande para el Cáceres, que pronto empezó a darse cuenta de que si no afinaba la puntería en el tiro exterior pocas cosas podía hacer ante el dominio en la pintura de Roberto Dueñas.

DESPEGUE EN FALSO

No hubo el acierto deseado y el Barcelona empezó a ampliar poco a poco las diferencias gracias a ese dominio del gigante barcelonista y al acierto de los de Pesic desde la línea de 6,25. El Barcelona llegó a una máxima diferencia de catorce puntos iniciado el segundo período (35-21, min. 12).

Todo hacía indicar que el partido estaba resuelto cuando emergió la figura de Gabriel Muoneke. El nigeriano se encargó el solito de anotar catorce puntos consecutivo con tres triples incluidos que metieron al Cáceres nuevamente en el partido (42-35, min. 15).

Sin Roberto Dueñas en la pista, el Barcelona fue muy vulnerable y Muoneke lo aprovechó para ganarse su momento de gloria en la ACB al acabar la primera parte con 22 puntos. Como los buenos gregarios, metió a su equipo nuevamente en el camino del triunfo y dejó, en la segunda parte, que fueran los veteranos quienes siguieran.

ESPERANZA FRUSTRADA

El Cáceres se fue al descanso ocho puntos de diferencia (52-44) pero con ganas de seguir dando guerra. Lo consiguió. Ajustó su defensa zonal para forzar al Barcelona a hacer malos tiros y la tripleta formada por López, Lleal y García empezó a demostrar que de calidad va sobrada.

El Barcelona no encontró soluciones a la defensa de su rival que poco a poco iba reduciendo las diferencias hasta situarse a cuatro puntos al inicio del último período (71-67, min. 32). Todo parecía dirigido a un final apasionante cuando el Cáceres se vino abajo.

Quizás el cansancio o la ansiedad por verse cerca del líder en el marcador fue lo que propició que los cacereños se vinieran abajo y acumularon error tras error hasta desesperar a su técnico que vio cómo la proeza quedaba en intento.

El Barcelona vio cómo el Cáceres le regalaba el partido para hacer con él lo que quisiera y puestos a pedir pues ofrecieron espectáculo del bueno con Navarro y Roberto Dueñas muy inspirados.