La F-1, con un instinto de supervivencia superior a cualquier otro deporte, ha vuelto ha encontrar el motivo para cautivar a las audiencias televisivas. Y no ha sido merced a su velocidad, siempre superior a los 330 km/h, ni mucho menos a la espectacularidad de sus carreras, ya que entre Lewis Hamilton (22 años) y Fernando Alonso (25) han protagonizado solamente cinco adelantamientos a lo largo de los siete grandes premios que se han disputado, las 457 vueltas que han dado y los 2.100 kilómetros que han recorrido.

La F-1 ha vuelto a ser atractiva porque los dos pilotos de la escudería McLaren-Mercedes, como ya ocurriera en otras épocas, se han convertido en enemigos poco menos que irreconciliables y el pulso por el título parece destinado a decidirse más en el despacho del jefe Ron Dennis que en la pista.

La razón es que la estrategia de cada gran premio, que se decide minutos antes de celebrarse las sesiones en las que se decide la pole position, acaba supeditando el resultado de la carrera: en seis de los siete grandes premios celebrados, el piloto que partió desde la pole position acabó primero sin grandes dificultades.

El problema de Alonso

Alonso y Hamilton lo saben, de ahí que el enfrentamiento del bicampeón asturiano con Dennis se centre en la posibilidad de decidir con cuánta gasolina califica y sale en carrera y en qué vuelta realiza el cambio de ruedas y repostajes.

Eso nunca ha quedado claro, ni siquiera cuando, en principio, parecía que Dennis había aceptado que quien fuese primero en los ensayos matinales del sábado tendría la opción de decidir de cara a la pole. "Entiendo a Fernando --comentó ayer el colombiano Juan Pablo Montoya, ahora en la NASCAR de EEUU-- pues en McLaren siempre ha habido un piloto número uno que ha contado con los favores de Dennis. Y me temo que ahora sea Lewis Hamilton".

Cuando Alonso afirma que "la pole es, en muchos circuitos, medio gran premio" está comentando algo perfectamente contrastable con los datos en la mano. De los siete grandes premios disputados, solo en el de Malasia el ganador no había logrado la pole. Kimi Raikkonen (Ferrari, en Australia), Felipe Massa (Ferrari, en Bahréin y Montmeló), Alonso (en Mónaco) y Hamilton (en Canadá y EEUU) ganaron saliendo primeros. Solo en Sepang, Massa se durmió en la partida y Alonso le robó la cartera con una salida de las suyas.

Se han disputado, pues, 7 de los 17 grandes premios que forman el calendario de la F-1. Pues bien, delante, en cabeza, los que se juegan la victoria, pelean por el título y acaban poblando el podio se lo juegan todo en el ensayo del sábado.

Tal vez en la salida. Es más, los cinco adelantamientos protagonizados por Hamilton y Alonso se han producido recién apagados los semáforos: Hamilton adelantó a Nick Heidfeld (BMW Sauber) y a Alonso en Melbourne, a Massa y Raikkonen en Sepang y, de nuevo, al hombre de hielo en el español Montmeló; y Alonso superó a Massa en dos ocasiones, en Melbourne y Sepang. Luego, de ocurrir algo, ha sido en los repostajes, superando a los doblados (obligados por la bandera azul a apartarse) o en la cola de un pelotón.

Hoy más que nunca, el entrenamiento del sábado decide la carrera. Pese a todo, Flavio Briatore, el hombre fuerte de Renault que hizo bicampeón a Alonso, aseguró ayer que está "convencido" de que el asturiano repetirá el título.