PLASENCIA GALCO: Nicolás Gianella (23), Terrence Stewart (14), Jorge Lledó (6), Trelonnie Owens (10), Guillem Rubio (24) --cinco inicial-- Palacios (-), Ferrero (5), Sala (10), Kruiswijk (-).

CAI ZARAGOZA: Ciorciari (13), Doblado (2), Sabaté (2), Hill (8), Esmorís (23) --cinco inicial-- Walls (2), Mesa (2), Ferrer (18), Lescano (12) y Oscar González (8).

MARCADOR POR CUARTOS: 19-22, 35-45, 57-62, 78-78 y 92-90 (prórroga).

ARBITROS: Pagan y Garmendia. Eliminaron por faltas a Ferrero y Rubio, por parte local, y a Hill, Walls y Oscar González por el CAI.

El Plasencia subió ayer un peldaño en esa escalera que conduce a la Liga ACB. La localidad placentina, el Jerte, Extremadura en definitiva quiere estar representada otra vez en lo más alto del deporte nacional. El sueño inimaginable allá por el mes de septiembre de competir contra el Barcelona, Real Madrid, Tau no es una utopía inalcanzable. Ayer el Plasencia derrotó al mítico CAI Zaragoza con lucha, emoción y tras una prórroga que condujo al éxtasis a todos los incondicionales de este equipo. La billetera del club jerteño es infinitamente menos abundante que la de los maños, pero esta carencia es suplida extraordinariamente con algo que no se compra: un corazón entregado.

La eliminatoria se coloca de momento a favor de los locales, pero la euforia tiene una cortísima fecha de caducidad, ya que mañana deberán volver a enfrentarse al CAI en el mismo escenario, ante la misma afición --la marea verde es infrenable-- y con idéntica ambición. Ya conocen que los de Alfred Julbe son mortales . Los de Dani García se empeñan en volver a tumbar al gigante maño en el segundo asalto, lo que dejaría prácticamente el pase a las semifinales prácticamente en el bolsillo.

El partido resultó apoteósico. Tuvo todos los ingredientes que se le pueden pedir a un espectáculo deportivo. Y la guinda del pastel fue el estratosférico triple que anotó Terrence Stewart cuando el partido se encontraba con 89-90 a falta de tres segundos. El americano desató la locura con su lanzamiento.

Todos ayer se pusieron el traje de faena. Nicolás Gianella realizó un partido soberbio. Llevaba varios partidos sin estar en su línea habitual, pero sabía que ayer no podía fallar. Su capacidad de liderazgo volvió a ser referente sobre el parquet. No comenzó fino, pero no se escondió. Se repuso, lanzó, penetró y dirigió con su notable magisterio.

TRABAJO DE CONJUNTO Pero el otro base no estuvo menos brillante. Sala tiró de coraje para robar balones claves y encaminar un partido que se había puesto mal (12 puntos debajo). Pero el estilete fue Rubio (24 puntos).

El encuentro fue luchado desde el salto inicial. Demasiado duro por parte visitante en realidad. Los colegiados ya habían señalado 13 faltas a los visitantes en los primeros 14 minutos.

En el segundo cuarto, los de Alfred Julbe tomaron la iniciativa en el marcador y fueron abriendo diferencias que alcanzaron los diez puntos en el descanso (35-45).

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